Frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), integrantes del Frente Internacional Obradorista volvieron a instalar sus carpas y a poner carteles, clausurando la entrada principal del máximo tribunal. Informaron que interpusieron denuncias ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México por los delitos de robo, agresiones verbales, físicas y lo que resulte, en contra de quienes, haciendo uso de la violencia, los obligaron a abandonar su protesta el domingo pasado.
“Fue muy obvio, se revelaron como miembros del Ku Klux Klan, como nazis, venía mucho clasista, con mucho racismo, mostraban demasiado odio, al grado de que no respetaron el monumento a los niños que perdieron la vida en la Guardería ABC, arrancaron como locos las cruces”, afirmó Armando Monter Jacinto, presidente de la organización que mantiene este plantón desde marzo pasado.
Comentó que peritos médicos de la fiscalía capitalina evaluaron sus lesiones y que ya solicitaron las grabaciones de las cámaras del C5 para identificar a los responsables de la agresión.
“Destruyeron gran parte de lo que teníamos aquí y se robaron todo lo que pudieron; sí hubo lesionados, ya algunos compañeros, yo incluido, tendremos que ir al hospital para atendernos”, agregó.
Monter Jacinto sostuvo que desde un día antes alertaron a la policía capitalina de la marcha y pidieron apoyo, pero que a la hora de los hechos no había presencia de los uniformados, hasta que la agresión ya había comenzado.
El dirigente responsabilizó de estos hechos a la ministra presidenta de la SCJN, Norma Lucía Piña Hernández; al dirigente de Frena, Gilberto Lozano, y al activista Claudio X. González.
“Yo sentí que más que linchar, nos querían matar”, declaró por su parte María Dolores Gutiérrez Morales, otra de las integrantes del plantón que fueron agredidas.
Denunció que el ataque fue sobre todo un intento de callarlos y privarlos de sus derechos de libre manifestación y expresión.
“Tengo derecho a decir que estoy en desacuerdo que esta señora (Norma Piña) tome las acciones que está tomando. Está dañando a mi país, está dañando a mi persona, a mi madre, a mis hijos, a mi abuelo, con sus decisiones. A mí no me parecen y tengo derecho a decirlo.
“Nos decían que ellos eran el pueblo, y no es cierto, todos somos pueblo. Pero entre nosotros debe haber respeto y llegaron agrediendo totalmente. Yo vi la convocatoria que hicieron de su marcha y decía que era pacífica, o sea, ¿de verdad esas son las formas a las que ellos llaman pacíficas?”, añadió.
Eduardo Murillo
Fuente: La Jornada