Londres. Reino Unido ha registrado infecciones diarias de la viruela del mono que no están relacionadas con viajes a África Occidental, donde la enfermedad es endémica, informó ayer un responsable de la agencia británica de seguridad sanitaria.
“Estamos encontrando casos que no tienen contacto identificado con un individuo de África Occidental, que es lo que habíamos visto en este país”, dijo Susan Hopkins, asesora médica en jefe de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA). “Detectamos más casos a diario”, agregó durante una entrevista con la BBC.
La UKHSA dijo que las nuevas cifras se publicarían hoy, después de haber registrado 20 casos el viernes.
Hopkins se negó a confirmar la información de que una persona estaba en cuidados intensivos, pero dijo que el brote se concentraba en las zonas urbanas, entre hombres homosexuales o bisexuales.
“El riesgo para toda la población sigue siendo extremadamente bajo en este momento, pero creo que la gente tiene que estar alerta”, afirmó, al añadir que para la mayoría de los adultos los síntomas serían “relativamente leves”.
Reino Unido dio la voz de alarma el 7 de mayo con una persona que había viajado recientemente a Nigeria. Otros países de Europa y América han registrado casos.
La viruela del mono puede transmitirse a través del contacto con las lesiones de la piel de una persona contaminada, así como a través de objetos compartidos, como ropa de cama y toallas.
Sus síntomas se asemejan, en menor grado, a los que se habían observado en gente con viruela: fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y dorsales durante los primeros cinco días.
Luego aparecen erupciones (en la cara, las palmas de las manos, las plantas de los pies), lesiones, pústulas y finalmente costras. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los síntomas duran entre 14 y 21 días.
La OMS dijo que se detectarán más casos de viruela del mono conforme se amplíe la vigilancia en países no endémicos. Hasta ahora se han confirmado 92 casos y hay 28 sospechosos. La información actual indica que quienes están más expuestos al contagio son aquellos que tienen contacto físico con alguien infectado y con síntomas.
A partir de los casos reportados no se ha podido establecer que alguno de los afectados haya estado en alguna zona endémica de este padecimiento y la enfermedad se ha identificado principalmente –aunque no exclusivamente– entre parejas homosexuales. “La identificación de casos confirmados o sospechosos sin vínculos de viajes a áreas endémicas es un hecho muy inusual”, reconoció la organización.
La OMS indicó que se debe proteger a los trabajadores sanitarios de primera línea y a otros empleados de la salud que pueden estar más expuestos que otros, como los que se ocupan de tareas de limpieza.
En EU hay vacuna para tratamiento
En tanto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que el impacto de la viruela del mono “es algo por lo que todo el mundo debería preocuparse (…) en el sentido de que si se extendiera, tendría consecuencias”, añadió en sus primeras declaraciones públicas sobre la enfermedad.
“Todavía no me han dicho el nivel de exposición, pero es algo que debe preocupar a todo el mundo”, afirmó Biden. El mandatario añadió que había trabajos en marcha para determinar qué vacuna podría ser eficaz.
El asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, dijo a la prensa a bordo del vuelo de Seúl a Tokio que Estados Unidos tiene suministros de “una vacuna relevante para tratar la viruela símica.
“Tenemos vacuna disponible para su despliegue con ese fin”. Sullivan también aseveró que se mantenía informado a Biden sobre la evolución del brote.
La viruela símica no suele identificarse fuera de África, pero para este fin de semana había 80 casos confirmados en Francia, Alemania, Reino Unido, Suecia, España y Estados Unidos, y otros 50 posibles casos, así como uno en Argentina.
Onusida repudió informes y comentarios “estereotipados” sobre la propagación de la viruela del mono que han contribuido a reforzar un estigma homófobo y racista contra la comunidad LGTB+ y los ciudadanos de países africanos.
AFP y Ap
Fuente: La Jornada