En 2019, la mujer nahua fue obligada a firmar una sentencia de 13 años aun cuando no hablaba español.
Aurelia García Cruceño tiene un sueño por cumplir una vez que terminó su pesadilla al haber sido encarcelada por casi cuatro años debido a que tuvo un aborto expontáneo por el que fue acusada del delito de homicidio en grado de parentesco. La joven mujer indígena nahua busca prepararse para poder convertirse en una maestra, meta que es su principal objetivo tras haber sido liberada el pasado 20 de diciembre en Guerrero.
Eran las 9:31 de la noche cuando el martes Aurelia salió del Cereso de Iguala ubicado en la zona norte del Estado. La joven nahua, originaria de la comunidad de Xochicalco en el municipio de Chilapa de Álvarez ubicado en la Montaña Baja de Guerrero, había estado encarcelada desde 2019. Aurelia había sido abusada sexualmente por una persona quien era un alto funcionario de la comunidad, por lo cual había quedado embarazada.
A Aurelia la obligaron a firmar una sentencia por 13 años por un delito que no cometió, por un parto fortuito, pero a poco más de tres años de luchar por su liberación, finalmente salió de la cárcel con el apoyo de la ONG Red Guerrerense por los Derechos de las Mujeres, quien documentó su salida del Cereso donde se le vio a la víctima de abuso, sonreír y abrazarse con sus seres queridos en todo momento.
Aurelia García: “Me hice fuerte”
Cuando fue encarcelada, Aurelia tenía solo 19 años de edad y no hablaba español; pero fue dentro de la prisión donde la joven mujer encontró la fuerza para seguir adelante y buscar la justicia que requería su caso, fue durante ese periodo en que la mujer incluso aprendió a hablar español. Al salir del Cereso expuso que tuvo que sortear las adversidades en su contra para conseguir su libertad: “Me hice fuerte para salir adelante”.
Aurelia disfruta ahora de estar en compañía de su familia. Su papá, Alberto García, aseguró a la salida de la joven de la cárcel, que parece que su hija volvió a nacer a tres años de no haberla podido ver. “Ojalá y todas las mujeres indígenas, encuentren a alguien que les ayude y puedan quedar libres. Solo Dios sabe cómo nos ayudó, y después de casi tres años de no ver a nuestra hija, hoy siento que Aurelia volvió a nacer”.
Uno de los objetivos que ahora busca Aurelia es convertirse en una maestra, un sueño que es alcanzable, como ella misma lo afirmó al ser cuestionada sobre su futuro tras sus salida:
“Estudiar mucho y ojalá logre mi sueño de ser maestra. Sé que lo voy a lograr… Voy a disfrutar estar con ellos (sus abuelos y familia) y le voy a echar muchas ganas”, dijo Aurelia.
Asimismo, a pregunta expresa sobre si en la cárcel hay más mujeres que fueron encarceladas injustamente por una situación parecida por la que vivió, Aurelia respondió que sí: “Son muchas mujeres, ojalá que las apoyen para que salgan también”.
La Red Guerrerense por los Derechos de las Mujeres informó que a Aurelia aún le resta que las autoridades le cumplan 13 medidas por concepto de reparación de daño.
Agregaron que es urgente que las autoridades comiencen a juzgar desde los derechos de las mujeres y abandonen comportamientos misóginos que criminalizan a las mujeres. Será el 27 de diciembre cuando se lleve a cabo la audiencia de lectura de sentencia, en donde la Fiscalía General del Estado aún puede apelar la decisión.
Rodrigo Mendoza González.
Fuente: El Heraldo de México