Alvaro Aragón Ayala
El asesinato del periodista Luis Enrique Ramírez tomó dos vertientes: el lucro político del crimen por varios actores políticos opositores a la Cuarta Transformación y el trabajo interdisciplinario y multidisciplinario que realizan las autoridades para esclarecer el proditorio homicidio. Como parte de la investigación científica-criminal, un grupo de especialistas realiza la autopsia psicológica de quien en vida fue el autor de la columna El Ancla, publicada por El Debate.
Dirigentes nacionales de los partidos PRI, PAN y PRD y otras “fuerzas políticas” condenaron el asesinato en un intento por capitalizarlo políticamente y satanizar al gobierno de Rubén Rocha Moya y al presidente Andrés Manuel López Obrador. La lectura de los posicionamientos de los actores políticos busca sembrar odio social contra las autoridades estatales y federales usando como “carne de cañón” el crimen del prestigiado periodista.
En conjunto, la Fiscalía General de Justicia y la Fiscalía General de la República trabajan de manera ética y profesional. Los equipos integrados por cada una de las instituciones laboran coordinadamente. La investigación se apega a los estándar más modernos y científicos en materia de criminalística.
Ya son cinco las hipótesis en torno al asesinato:
1.- El ejercicio periodístico. 2.- Una riña suscitada a una cuadra de su domicilio, que culminaría con un “levantón” y el crimen. 3.- Un atentado para generar desestabilización política en Sinaloa. 4.- Las relaciones interpersonales. 5.- Esta hipótesis apenas va tomando forma con la autopsia psicológica del comunicador.
Los investigadores siguen analizando la columna política El Ancla de Luis Enrique Ramírez, cuyo contenido revela que apoyaba periodísticamente a cuatro actores políticos, principalmente: al gobernador Rubén Rocha Moya y a su hija Eneyda Rocha Ruiz, presidenta estatal del DIF; al secretario de Salud y dirigente moral del PAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda, y al alcalde de Ahome, Gerardo Vargas Landeros.
Las autoridades no han publicado los resultados finales de la necropsia del cadáver de Luis Enrique Ramírez. La criminología clínica es importante para determinar las causas de la muerte y su práctica aporta “detalles” de las características del homicidio. No se sabe si el cuerpo del periodista fue sometido a radiografías, tomografías o estudios de resonancia magnética y a pruebas sanguíneas.
En un intento por encontrar pistas para identificar y dar con el paradero de los criminales, además de las entrevistas con los familiares y amigos, con actores políticos, con comunicadores, y las investigaciones de campo, un grupo de especialistas realiza un análisis victimológico de Luis Enrique Ramírez.
Se trata de una autopsia psicológica, método que ayudaría a contestar el por qué el periodista abandonó su casa entre las 2 y 3 de la mañana, con el aporte de datos psicobiográficos, donde se pone énfasis en el examen de los eventos en la vida de Luis Enrique Ramírez que lo pudieran mantener bajo estrés o bien que lo orillaron a descuidar su seguridad personal.