Comunicadores coincidieron que el periodismo en México atraviesa uno de sus mayores combates, durante su participación en el Foro internacional “Los desafíos de la libertad de expresión” de la UdG
Hoy el ejercicio del periodismo en México atraviesa uno de sus mayores combates. Por un lado la crisis del modelo financiero que ha llevado a la precarización del trabajo de los periodistas y, por otro, la censura explícita e implícita por parte de dos frentes: el gobierno federal y el crimen organizado.
En ello coincidieron los periodistas Héctor de Mauleón, Jorge Zepeda Patterson, Raymundo Riva Palacio y Ricardo Raphael quienes participaron en la mesa “Los desafíos del periodismo”, en el marco del Foro Internacional “Los desafíos de la libertad de expresión”, organizado por la Universidad Autónoma de Guadalajara la Fundación Internacional para la Libertad, en el que participó Mario Vargas Llosa esta mañana.
Los periodistas reunidos en la tercera mesa discutieron sobre cuál es el contexto en el que hoy se ejerce el periodismo mexicano y las condiciones para su transición hacia las plataformas digitales que exige un lenguaje particular. Para todos los participantes el principal y más preocupante reto del oficio es la presión tanto de las instituciones públicas como del crimen organizado para censurar temas y establecer una agenda informativa a beneficio.
“En México tenemos lluvia sobre mojado, pues la polarización extrema en el contexto de un intento de cambio de régimen ha provocado que por primera vez estamos enfrentándonos en los espacios públicos con versiones y miradas distintas del país. Están confrontados proyectos de nación sobre los que tenemos divergencias y eso hace más polarizante la información periodística”, refirió Jorge Zepeda Patterson.
Al respecto, Ricardo Raphael argumentó que el mayor desafío para el periodismo es la coerción del gobierno y grupos criminales para determinar qué información sí hacer pública y cuál no. “No hay condiciones materiales para hacer el trabajo, tampoco hay condiciones éticas para hacer el trabajo. El conflicto de interés había sido irrelevante hasta ahora que se puede vender el silencio o decidir qué tema hablar o no en función de intereses personales”, añadió.
“Estamos en una posición en la que el periodismo se halla en una de las zonas más vulnerables desde que México empezó a abrir mecanismos para garantizar la rotación de prioridades como el derecho de los periodistas a expresarse. Todo eso que se ganó en los últimos lustros está en riesgo hoy en México. Estamos en una soledad en la que se encuentran incontables periodistas que están en crisis hoy, una crisis muy seria y no se ve que vaya a mejorar”, apuntó Héctor de Mauleón.
De Mauleón también hizo notar que los periodistas mexicanos se enfrentan a dos ataques. Primero el que tiene origen en las conferencias mañaneras donde se juzga sin argumentos el trabajo de reporteros no allegados al gobierno en turno; y segundo, al crimen organizado que ha tomado control de la información del país.
“En México hay zonas silenciadas. Ha ido avanzando de manera espeluznante la violencia, en un conteo que revisaba ayer decía que la violencia avanzó en 14 estados, crímenes relacionados con la delincuencia organizada ha provocado que en esas zonas la caja de resonancia que es el periodismo se calle y son zonas de ambigüedad. Pero otro desafío viene de gobiernos autoritarios y consiste en el bombardeo diario que existe en la tribuna más alta del país donde se siembra la idea de que todos son opositores y que quienes critican están comprados”, argumentó.
A ello se suma el fracaso del modelo económico de las empresas periodísticas que ya no encaja con las nuevas plataformas digitales las cuales hacen más accesible la información al tiempo que más banal, y donde la remuneración del trabajo de un reportero no tiene relación directa con su calidad sino con su capacidad de viralizarse en la web sin filtros de verificación de datos.
“Es la peor tragedia que experimenta el periodismo en este momento, es algo que pone en riesgo el sentido de la profesión y reside en la ruptura del modelo de negocios que durante más de 200 años hizo posible la profesión. Pero la lógica de comprar un periódico o concentrarse por la noche en un noticiero está rota desde hace dos décadas, y hoy ha puesto en la lona a las empresas periodísticas. La pregunta que cae en este momento es si puede existir un modelo de negocio que asegure un gremio de periodistas con remuneración”, señaló Zepeda Patteson.
Sonia Ávila
Fuente: El Sol de México