Alvaro Aragón Ayala
El traslado de activistas y dirigentes del PRI y del PAN, mutados en morenistas por contrato, al proyecto estatal de la Cuarta Transformación bajo la paradoja de la lealtad comprada y de que no pierden la militancia en sus partidos, implica la marginación de las izquierdas y de los morenistas puros, auténticos, y la reconfiguración y el acople de la derecha y la ultraderecha en el seno de Morena Sinaloa.
La novedosa Cuarta Transformación se convirtió en la puerta de acceso de figuras preclásicas del PRI y del PAN a las tripas de Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador. En Sinaloa la derecha y la ultraderecha constituyen el conjunto de actores políticos organizados y los entramados sociales retroalimentados por sus aparatos ideológicos.
SACAR AL PRI Y AL PAN DEL TERCER PISO
La elección de junio del 2021 fue trascendental para la sociedad. Miles de ciudadanos votaron contra la alianza PRI-PAN-PRD, representados por las figuras más rancias de la política estatal, por la llamada mafia del poder, como la calificaba Andrés Manuel López Obrador en sus campañas. El triunfo de Morena-PAS en la figura de Rubén Rocha Moya, representó la esperanza del cambio verdadero.
Los luchadores sociales, las izquierdas -llamadas tribus o corrientes políticas- y los morenistas festejaron lo que llamaron la caída del viejo régimen estatal, el fin de la corrupción, la derrota de los conservadores y neoliberales y la salida del padrón de beneficiarios del gobierno estatal de empresarios de la derecha y la ultraderecha.
En ese ejercicio electoral del 2021, el voto del PAS, partido aliado de Morena, fue total, sin tapujos, para empujar y garantizar el triunfo del candidato Morena-PAS al gobierno de Sinaloa y los aspirantes a alcaldes y diputados. Participó en la gran jornada cívica para sacar de Palacio de Gobierno a los priistas y panistas y para sentar las bases del cambio verdadero.
SACAN AL PAS DE LA JUGADA
Fuera el PAS y su dirigencia de la toma de decisiones gubernamentales, en tres jugadas entronizadas en la nueva reconfiguración de fuerzas en Sinaloa, activos del partido estatal fueron sacados del proyecto estatal de la Cuarta Transformación, pero no fueron alejados de sus relaciones políticas-institucionales con la dirigencia nacional de Morena ni con secretarios del gabinete de Andrés Manuel López Obrador.
En una operación cuchillo, al PAS primero le quitaron varios alcaldes y diputados, luego «despidieron» al fundador del partido, Héctor Melesio Cuén Ojeda, de la secretaría de Salud, y después bajo el pretexto de que habían “filtrado” a cuenistas en Morena, despidieron a los funcionarios estatales salidos de este partido que se negaron a renunciar a su militancia pasista.
EN EL “CORAZON” DE MORENA
La acusación de la presencia o injerencia del PAS en la elección de delegados de Morena y la expulsión de funcionarios pasistas no logró higienizar el proceso ni ocultar los mega-operativos que montaron los alcaldes para acarrear votos con el propósito de meter a sus emisarios en el Consejo Político Estatal de Morena ni fue suficiente para encubrir la incorporación de más priistas y panistas al proyecto de la Cuarta Transformación.
En la jornada electoral abierta a todos los ciudadanos, las bases militantes, los luchadores sociales y activistas políticos pro-Obrador, fueron rebasadas por los alcaldes morenistas, algunos salidos de las catacumbas del PRI o identificados como traidores del PAS, pero pintados con las siglas color marrón rojo. Los presidentes municipales usaron autobuses y taxis para acarrear a priistas y panistas a las casillas con el propósito de quedarse con el mayor número de delegados. Repartieron despensas y dinero a granel.
SURGEN LOS MORENISTAS POR CONTRATO
En la nueva reconfiguración de fuerzas, priistas y panistas de alcurnia, convertidos en morenistas por contrato, desplazaron del proyecto de la Cuarta Transformación a lopezobradoristas puros, a luchadores y activistas sociales y a fundadores de Morena. Saltimbanquis, derrotados en la elección estatal, son quienes devoran las mieles del poder.
Priistas y panistas que tomaron posiciones claves en la Cuarta Transformación, apegándose al librito de la lealtad comprada representan la nueva fuerza o estructura de Morena. Así, en Sinaloa, pende la amenaza de que el partido del presidente colapse antes del 2024.
El resultado de la elección de junio del 2021 ahora huele mal. Priistas y panistas dominan áreas del Tercer Piso. Hasta la ultraderecha blasonó el contrato del ex dirigente del PAN estatal, Adolfo Rojo Montoya. “Si yo les hiciera una lista de todos los militantes que trabajan en el gobierno sería infinita. Tengo consejeros (…) que trabajan en el gobierno” de la Cuarta Transformación, recalcó Roxana Rubio, dirigente estatal del blanquiazul.
El PRI y el PAN se consolidan en Morena. Los personajes contra los que votaron miles de ciudadanos sinaloense -Malova, Jesús Aguilar Padilla, Quirino Ordaz, etc.-, cuyas administraciones estatales generaron la inconformidad que alentó el sufragio contra la alianza PRI-PAN-PRD están más vivos que nunca. Vivos y al acecho, operando políticamente en los intestinos y bajo la sombra de Morena.