Nuestro país es el miembro de la OCDE peor evaluado y se ubica en la penúltima posición en el G20.
México se estancó en el lugar 126 del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional. Por cuarto año consecutivo, nuestro país obtuvo 31 puntos (de 100 posibles) del estudio que mide lo que piensan especialistas sobre la corrupción en el sector público.
De acuerdo con el informe, México está en el mismo nivel de corrupción que Kenia y El Salvador; superado por Nigeria, Perú y Ecuador. Además, es el miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) peor evaluado.
En el G20, el grupo de las 20 economías más grandes del mundo, nuestro país se encuentra en la penúltima posición, solo por encima de Rusia, que obtuvo 26 puntos de 100. En América Latina, México se ubica por encima de Bolivia, Paraguay, Guatemala, Honduras, Haití, Nicaragua y Venezuela, informó Transparencia Internacional.
El Índice mide la percepción de corrupción en 180 países, preguntándole a especialistas del Banco Mundial, del Foro Económico Mundial, empresas privadas de consultoría y expertos.
De acuerdo con el director ejecutivo de Transparencia Mexicana, capítulo de Transparencia Internacional en México, Eduardo Bohórquez, la corrupción no se ha erradicado, lo que deja un pendiente a la siguiente administración.
“Hay una señal muy clara de que la corrupción no se ha erradicado y será una obligación del siguiente gobierno atender no sólo este problema sino la creciente vinculación entre corrupción y fortalecimiento del crimen organizado”, dijo.
Agregó que al inicio del gobierno de López Obrador hubo una notoria mejoría en el Índice de Percepción de la Corrupción derivado de la confianza social que representó la oferta de acabar con privilegios y la corrupción, pero al paso del tiempo las promesas no se cumplieron.
“Con el paso del sexenio fue claro que la oferta no podría cumplirse. Muchos casos siguen impunes, y asuntos como Segalmex siguen abiertos. El gobierno no hizo justicia contra los corruptos y no logró devolverle al pueblo lo robado”, aseguró.
La organización explicó que “la agenda anticorrupción converge cada vez más con la operación del crimen organizado, especialmente en temas como el lavado de dinero, la elusión y la evasión fiscal”.
De acuerdo con Transparencia Internacional, la sociedad mexicana identifica a la corrupción como uno de los principales obstáculos para el desarrollo social y la reducción de las desigualdades.
Los casos más grandes de corrupción en el país continúan en la impunidad, señaló la organización. Ni en el caso de la Estafa Maestra, que representó un desvío de más siete mil millones de pesos; ni en el de Agronitrogenados, donde hubo un desfalco de 200 millones de dólares, hay sentenciados.
En el primer caso, Rosario Robles Berlanga, exsecretaria de Desarrollo Social, fue absuelta del caso en 2023; lo mismo pasó con el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, quien en agosto del año pasado fue absuelto por Agronitrogenenados, aunque sigue en prisión por Odebrecht.
Así como los casos de esta administración federal encabezada por Andrés Manuel López Obrador, por ejemplo el caso de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), en el que se documentó un desvío de más de nueve mil 500 millones de pesos.
Transparencia Internacional agregó que la actuación de las autoridades mexicanas en casos de corrupción transnacional es muy delicada, ya que “mientras que otros países investigan y sancionan la corrupción ocurrida en México, las autoridades locales siguen sin obtener sentencias firmes por los mismos casos”.
A nivel internacional, el Índice advierte que el debilitamiento de los sistemas judiciales está reduciendo la rendición de cuentas de los funcionarios públicos, lo que permite que prospere la corrupción.
“Tanto los líderes autoritarios como los democráticos están socavando la justicia. Esto está aumentando la impunidad por la corrupción“, dijo en comunicado la organización internacional.
“La corrupción seguirá prosperando hasta que los sistemas de justicia puedan castigar las malas prácticas y mantener a los gobiernos bajo control. Cuando se compra la justicia o se interfiere políticamente con ella, es la gente la que sufre”, dijo François Valérian presidente de Transparencia Internacional.
Alejandro Arturo Villa
Fuente: El Sol de México