Contra el olvido del horror nazi; preservarán antiguo campo de concentración

La Fundación Auschwitz Birkenau ha recaudado fondos para llevar a cabo el proyecto de conservación en un plazo de 25 años.

A 77 años de la liberación del campo de concentración y exterminio alemán Auschwitz, ubicado en la hoy ciudad de Oświęcim, Polonia, la historia se mantiene y se preserva viva con el único objetivo de educar y no olvidar los hechos que sucedieron y que llevaron a la muerte a más de un millón de personas durante la Segunda Guerra Mundial en este lugar.

Así, con un presupuesto de más de mil 700 millones de euros (más de 33 mil millones de pesos, aproximadamente) es como la Fundación Auschwitz Birkenau, creada en 2009, arrancó el proyecto de preservación de los objetos y el espacio del antiguo campo de concentración que tiene en la mira mantener en pie 45 barracas ubicadas en el campo donde se estableció Auschwitz II Birkenau.

Usando el conocimiento que tenemos y las técnicas más avanzadas es posible conservar el lugar, pero obviamente es un proceso de mucho tiempo, porque hay que cuidar los detalles de cada elemento, de cada pieza, incluso las capas de pintura en las paredes”, dijo Łukasz Lipiński, uno de los encargados de la oficina de prensa del museo.

La conservación es algo continuo, desde los objetos que son móviles como las maletas, los zapatos y las pertenencias personales, pero también la preservación de las barracas”, comentó Lipiński, en un seminario para medios en el que participó Excélsior.

El Museo y memorial Auschwitz Birkenau cubre los terrenos de Auschwitz I y Auschwitz II Birkenau que son 1,500 edificios en total. La manera que queremos preservar el lugar es como quedó cuando terminó la guerra, obviamente no queremos reconstruir las cámaras de gas, pero sí preservar las barracas, los edificios de ladrillo que formaban parte del campo en la sección BI, donde actualmente hay 45 de ellos. El proceso llevará por lo menos 25 años”.

Comentó que, tras cuatro años de trabajo, dos edificios ya están listos.

Algunas de las barracas y los edificios en Birkenau estuvieron cerrados por años y condiciones como el clima, la lluvia, el frío fueron dañándolas, además de que el suelo donde se construyó el campo es pantanoso, por lo que algunos de los cimientos de los edificios fueron quedando expuestos… todos estos factores han sido clave para que los edificios se desgastaran y algunos comenzaran a caerse.

El 25% del personal del departamento de conservación está involucrado en este proyecto e incluye conservadores, carpinteros, ingenieros, microbiólogos… personas especializadas en diferentes campos”, agregó.

Lipiński explicó que la preservación y la protección del lugar comenzó cuando se creó el museo, justo al término de la guerra y por decisión de los sobrevivientes del campo —y con el apoyo de diferentes gobiernos— impulsaron mantener en pie el sitio para honrar la memoria de las víctimas, mantener viva la historia a través de testimonios y transmitirla a las nuevas generaciones para que un hecho como lo que sucedió en Auschwitz y en el resto de los campos de concentración de la Alemania nazi no se vuelva a repetir.

Nos quisimos asegurar de que todo lo que fuera encontrado aquí desde 1945 fuera preservado para las futuras generaciones, desafortunadamente cada vez nos acercamos más al momento en el que los sobrevivientes ya no estarán más con nosotros”, dijo.

Preservar el lugar es crucial, esencial, es algo que se debe hacer y no olvidar, asegurarnos de que esta historia sea contada en la forma que debe ser contada yendo dentro del lugar auténtico que está siendo preservado es una experiencia completamente diferente a otros museos y monumentos al holocausto en el mundo donde se puede aprender, sin embargo, cuando caminas sobre los pasos de los que estuvieron aquí es una experiencia que no puede ser reemplazada al visitar cualquier otro sitio. Cada objeto, cada edificio es importante, no importa si hay un ladrillo roto o es sólo un zapato, porque cada pedazo y cada objeto cuenta una historia de las personas que estuvieron aquí, de aquellos que murieron en este campo durante la guerra”, añadió.

La fundación es sostenida por más de 30 países que hacen aportaciones, así como por las donaciones que se hacen de manera individual por las personas interesadas en el proyecto de conservación de Auschwitz, muchos de ellos parientes de los sobrevivientes o de las personas que murieron en el campo.

Hay muchos donadores individuales que muchos resultan ser parientes de sobrevivientes del campo o de personas que desafortunadamente no pudieron sobrevivir en Auschwitz.

Entre los donadores está el hijo de un judío húngaro que fue asesinado en Birkenau y que él decidió hacer una de las más grandes donaciones individuales, aportando un millón de euros para la preservación del sitio.

Los sobrevivientes nos han ayudado, el objetivo es que después de que ellos ya no estén con nosotros, es que no se olvide lo que sucedió aquí”, añadió Lipiński.

  • En dos barracas ya terminaron el proceso  de preservación.
  • Maletas, zapatos, vestidos, pantalones, cucharas, pocillos, ollas, lentes, cepillos de dientes, peines, piezas de joyería y cualquier objeto encontrado
  • en el campo se trata de conservar y entra en el programa.
  • En el terreno donde se construyó el campo no se hacen excavaciones para buscar objetos.
  • Para 2023 el Museo y memorial Auschwitz Birkenau planea crear visitas virtuales guiadas.
  • Auschwitz fue el nombre que se le dio a la ciudad de Oświęcim durante la ocupación de Polonia por parte de Alemania. Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial la ciudad volvió a llamarse Oświęcim.

cva

AZUL DEL OLMO

Fuente: Excelsior