Álvaro Aragón Ayala
Domada políticamente y bajo el control convenenciero del gobernador Quirino Ordaz Coppel, a salvo con ella, hasta ahora, de cualquier indagatoria fiscal, administrativa y contable, para Emma Guadalupe Félix Rivera inició la cuenta regresiva en la Auditoría Superior del Estado, a la cual desprendió del Congreso Local para mutarla en un “apéndice” del Poder Ejecutivo.
Guadalupe Félix Rivera tiene los días contados en la ASE y corre el riesgo de que al ser auditada sea juzgada por desacato, omisión y complicidad con Quirino Ordaz Coppel, a cuya administración “limpia” expedientes realizando auditorías “patito”. El Congreso Local dio forma legal a la Unidad Técnica de Evaluación que será responsable de cavar la tumba de la funcionaria: el nuevo órgano tiene facultades para auditar a la auditora.
El presidente de la Comisión de Hacienda Pública y Administración y ex presidente de la Comisión de Fiscalización, Marco Antonio Zazueta Zazueta dijo que con la creación de la Unidad Técnica de Evaluación se da el paso “no para cubrir el expediente, sino para garantizar a la sociedad sinaloense que la lucha contra la corrupción no se debe detener y que tenemos que acabar con la simulación”. La Unidad estará a cargo de Silvia Alejandra Pineda Prado.
“Unidad tendrá una operación práctica en el proceso de revisión y fiscalización de las cuentas públicas, de manera específica en la vigilancia, evaluación y control del desempeño de la Auditoría Superior del Estado. El desempeño actual de la ASE, debe decirse que difícilmente, hoy por hoy, cumple con las exigencias sociales contra la corrupción, el dispendio, el derroche y la frivolidad en el gasto público”, agregó.
En el 2017 Emma Guadalupe Félix Rivera tomó posesión de la Auditoría Superior del Estado en sustitución de Marco Antonio Fox Cruz, quien murió en un accidente automovilístico. Desde un principio, pese a que la Auditoría es el ente fiscalizador del Poder Legislativo (Congreso Local), Félix Rivera dio sobradas muestras de sumisión al gobierno de Quirino Ordaz Coppel, acusado en varias ocasiones de incurrir en actos de corrupción por los diputados de Morena.
A Guadalupe Félix Rivera le quedan “por ley” 2 años y medio de ejercicio al frente de la ASE, pero sobre ella pesan las voces de los ciudadanos y de los diputados de Morena que la vinculan a los despilfarros y desvíos de recursos e incluso actos de rapiñaje que se le atribuyen al gobernador saliente Quirino Ordaz Coppel.
El consenso de los diputados morenistas aún en activo y los legisladores locales entrantes es en el sentido de que si se quiere combatir a fondo la corrupción la primera que debe ser “renunciada” es la auditora Emma Guadalupe Félix para poder profundizar en las investigaciones o las 41 auditorías específicas que pesan sobre Quirino Ordaz Coppel. Así, en unos días más la auditora será auditada.
El presidente Andrés Manuel López Obrador recomienda a los gobernadores entrantes que practiquen auditorías “sin afán de venganza” a los gobernadores salientes, pero en el caso específico de Sinaloa primero se tiene que ir sobre la auditora, acusada en varias ocasiones por los legisladores morenistas de desacato y de ser una pieza importante del gobernador Ordaz Coppel en el “tapado” de escandalosos casos de corrupción estatal.
López Obrador dijo que “se deben hacer (las auditorías) sin afán de venganzas, sólo para informar a ciudadanía cómo entregan, cómo está la situación de la deuda, no sólo de la contratada con bancos, sino de la de proveedores, los sueldos, de todo un informe completo”, y explicó que en caso de que las auditorías arrojen irregularidades, los gobiernos entrantes deben presentar denuncias ante la Fiscalía para que las autoridades correspondientes se encarguen de esto.
La Ema Guadalupe Félix que prostituyó la Auditoría Superior del Estado y la “desprendió” del Poder Legislativo para convertirla en un “apéndice” o instrumento del gobernador Quirino Ordaz para efecto de encubrir sus corruptelas será entonces sentada ahora en el banquillo de los acusados y tendrá que responder a las auditorías que le practicará la Unidad Técnica de Evaluación. Para que la 64 Legislatura trabaje sobre bases firmes en su lucha contra la corrupción lo primero que tiene que hacer es despedir ipso facto a Félix Rivera. Punto.