Un espacio que sirve de plataforma para la formación de recurso humano que va de la mano con proyectos de investigación y de conservación de especies, es el Mariposario de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), donde voluntarios de la unidad académica se sumaron, como cada año, en apoyo a la preservación de la mariposa cuatro espejos, una especie en peligro de extinción.
Gilberto Márquez Salazar, profesor investigador responsable del proyecto, agradeció el apoyo por parte de los estudiantes, quienes desinteresadamente acuden a este llamado con el único objetivo de preservar a la polilla, además de poner en práctica y afinar sus conocimientos.
“Aquí es un laboratorio donde ellos ponen en práctica muchos de los conocimientos que han adquirido en aula, en sus diferentes materias como botánica, ecología, biogeografía, entre otras que se imparten en la carrera de biología, es un laboratorio donde pueden hacer tesis, investigaciones para trabajos de las diferentes asignaturas”, compartió.
Añadió que también es parte de una formación extracurricular donde adquieren conocimientos de esta y otras especies, bases o preparación que pueden aplicar en un futuro cercano en otros grupos taxonómicos en peligro de extinción, amenazados o en riesgo de desaparecer.
En el proceso de manejo sobre el trabajo que realizan los estudiantes voluntarios del proyecto de conservación de la mariposa cuatro espejos, detallo que una primera etapa es el conteo que realizan de aquellos imagos adultos, donde registran en una bitácora cuántos sobreviven y cuántos mueren.
Posteriormente, dijo, son colectados aquellos huevos que fueron ovipositados por la polilla en la malla o tela que cubre al mariposario, para posteriormente ser trasladados a los follajes para su mejor dispersión con el objetivo de asegurar una buena eclosión, pero al mismo tiempo descongestionar aquellas plantas donde ovipositaron en exceso para que queden distribuidos homogéneamente y no tengan ningún problema al momento de alimentarse.
Márquez Salazar expuso que el voluntariado estudiantil traslada las orugas de una planta a otra garantizando con ello que homogéneamente estas se alimenten, ya que son extremadamente voraces alimentándose de follaje las 24 horas del día.
Otra estrategia es su liberación, es una actividad en la que el investigador acompañado de los estudiantes, viajan a la costa de Sinaloa, lugar en donde ya no existen poblaciones o estas son muy bajas, pero previo a ello miles de larvas fueron colectadas en el mariposario para su traslado, contribuyendo con ello a evitar la extinción de esta especie.
Alejandra Ramos, voluntaria en este proyecto de conservación y estudiante de la Licenciatura en Biología, a nombre de sus compañeras expresó que el estar de voluntaria en este gran proyecto le significa abrir sus expectativas y conocimientos en el manejo de las especies, puesto que un área a la cual le gustaría dedicarse es la Zoología.
“Esto sería una gran experiencia para ayudarme en mi área profesional, el que esté en peligro de extinción llamó mi atención, por lo que participar en este proyecto significa el cuidar una especie en peligro, yo lo veía mucho más adelante en mi carrera, pero este proyecto me ha dado la oportunidad”, compartió.