La mayoría de los aproximadamente 3 mil extranjeros interceptados el martes por policías estatales y elementos de la Guardia Nacional en los límites de Monclova y Castaños, cuando se trasladaban en un tren de carga rumbo a Piedras Negras, en la frontera con Texas, continuaron a pie su camino.
En el sitio donde los efectivos detuvieron el vehículo en el que viajaban de manera clandestina los indocumentados, permanecían hasta ayer al menos mil personas, que recibían atención médica, agua y comida de las autoridades municipales.
Los migrantes que se retiraron del lugar y decidieron seguir su ruta caminando, comenzaron un recorrido de unos 250 kilómetros, bajo calor extremo de 40 grados centígrados, para llegar a Piedras Negras.
En esta última ciudad, autoridades municipales reportaron la presencia de aproximadamente 4 mil indocumentados que llegaron en la última semana en un intento por cruzar el río Bravo e internarse en Eagle Pass, Texas.
Señalaron que dichas personas deambulaban por las calles, pidiendo comida y dinero para comprar víveres, mientras encontraban el momento de pasar a territorio estadunidense; algunos permanecían también en la ribera del río.
En tanto, ayer se restablecieron los movimientos de los trenes de Ferromex en Coahuila, luego de que el martes interrumpieron su marcha con el fin de frenar el flujo de migrantes que se transportan en sus tolvas y vagones para llegar al norte del país y cruzar a Estados Unidos.
Cuando el primer convoy de carga se empezó a movilizar en los patios de la compañía, ubicados en Torreón, cientos de personas, casi todas originarias de Venezuela, ya estaban arriba con campamentos improvisados y dispuestos a viajar hacia Ciudad Juárez, Chihuahua.
El grupo de indocumentados empezó a llegar a la ciudad el pasado fin de semana y se concentró en calles de la colonia Braulio Fernández Aguirre, muy cerca de la estación del tren, o en los patios de Ferromex.
Leopoldo Ramos, corresponsal
Fuente: La Jornada