Cristina Osorio y sus manos con voz

Se necesita una generación más amplia de intérpretes de lengua de señas mexicana para ser más inclusivos con la comunidad sorda

Los Mochis Sinaloa.- A sus 20 años Cristina tiene manos con voz. No quiere, como muchos lo hacen, alejarse de la realidad de la comunidad sorda. No quiere esconderse en sus propios silencios y ruidos.

Prefiere que la llamen Cristina, aunque su nombre completo es María Cristina Osorio Armenta.

No evade la responsabilidad de ser la primera mujer interprete de lengua de señas mexicana acreditada y reconocida por el Supremo Tribunal de Justicia de Sinaloa.





Por eso habla del derecho a la no discriminación y a la dignidad humana en una realidad de entendimiento mutuo para la ENTREVISTA de La Catedral. mx. Recinto Informativo.

Es obvio. Y lo confirma. Se necesita una generación más amplia de intérpretes de lengua de señas mexicana (LSM) para ser más inclusivos con la comunidad sorda.

Aprender lengua de señas mexicana es un acto de inclusión.

La lengua de señas mexicana(LSM) 
no es un lenguaje inclusivo

Cristina es muy serena al decirlo.





“Para empezar la lengua de señas es una lengua, no es un lenguaje, sin embargo, aprender la lengua de señas es un acto de inclusión. Entonces cualquier persona que se interese, esa curiosidad va a ir creciendo y creciendo y un día va a decir: y porque yo no aprendo la lengua de señas y la va a aprender. Y de ahí decir: porque no puedo ser interprete y ahí se realiza el acto de inclusión que va a ser apoyar a las personas sordas”.

Luego recordó una anécdota de cuando fue al Centro de Atención para Estudiantes con Discapacidad ( CAED ) a apoyar a la comunidad sorda para conocer sus planes sobre la Universidad que tomarían al salir de su bachillerato. La emoción casi la aborda al contarla. La falta de apoyos los aleja, por desgracia, de su derecho a la educación casi por completo, confiesa.

“Ustedes a cuál Universidad van a ir” les preguntaría.  “Y pues yo ya sabía a qué Universidad y a qué carrera y todos me dijeron : no, no vamos a ir a ninguna universidad.. y porqué… y todos me dijeron es que no hay interpretes en la Universidad, y aunque yo fuera sin interprete no me sentiría a gusto en un lugar con puros oyentes, sería el único sordo. Entonces no entendería las clases, los maestros no me apoyarían”, lamenta.








Su voz se enterneció, sus ojos casi se mojaban, Cristina Osorio hacía una pausa y se recomponía tras recordar esa estampa de desigualdad y discriminación por un sector de la población que también quiere y merece estudiar. Pero es obvio: nadie los oye. Nadie.

“Tuve un sentimiento tan feo. Me sentí tan mal de ser la única de esas casi 30 personas que hablaba…”

Y volvía a la pregunta de cuantos intérpretes necesitamos para estar mejor. Lo hacía claridosa.

“Si hubiera en cada casa de todo Los Mochis un intérprete sería fantástico. En cada escuela, en cada hospital, en cada oficina. En todos los lugares”.

 









Al responder sabe a dónde y cómo dirigirse.

“Ocupamos que se le dé una difusión a la lengua de señas mexicana y aquí en la ciudad de Los Mochis estamos muy por debajo”.








Y al reflexionar sobre una pregunta que ha sido recurrente, de porqué ella no pone una escuela y ella misma enseña, por supuesto tiene su propia idea.

Como persona oyente, menciona, no se siente a gusto con poner una escuela para enseñar esta lengua, debe ser una persona de esa comunidad quien lo haga. Eso es lo correcto, dice. Hay que mostrar respeto.

“Antes de aprender la lengua de señas lo primero que una persona debe de aprender es el respeto. El respeto a una comunidad, a una lengua, a una cultura. Hay muchos cursos que los imparten personas sordas, maestros sordos. La mayoría de mis maestros son personas sordas y como hemos dicho aquí en Los Mochis es muy escaso que haya cursos”.

Un sueño lejano
Hecho realidad

Ser interprete de LSM, reconoce la estudiante de segundo año de la carrera en Ciencias de la Comunicación en la UA de O, lo veía como un sueño lejano, pero no inalcanzable.

Su afición por ilustrarse y conocer a las diferentes culturas la llevó a acercarse a la comunidad sorda desde la etérea adolescencia.

“Nos empezaron a enseñar la cultura sorda porque cada comunidad tiene su propia cultura. Nos enseñaron los términos correctos. Qué es persona sorda. Lengua de señas. Entonces me fue encantando”.

Recuerda bien como estudiaba en la secundaria cuando recibió esa señal de que debía ser intérprete.

“Tenía 13 o 14 años, y siempre en mis cursos he sido la más chiquita, siempre me ha tocado trabajar con personas que ejercen en la psicología, como paramédicos, entre otras cosas y me gustó mucho porque yo decía: yo quiero ser interprete, pero decía es un sueño muy lejano porque ser interprete es muy difícil”.

Y lo dejaba bien en claro. Hay diferencia entre solo aprender LSM y ser intérprete.

“Es muy difícil, es el profesionalismo que tienes que ponerle a eso porque es interpretar entre dos idiomas, no es lo mismo aprender la lengua de señas que aprender a interpretar”.

Para la acreditación como perito interprete ante el Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sinaloa, comenta, siguió los pasos que su Padre el abogado y periodista Carlos Osorio, le mostró al enseñarle una convocatoria.

“Checamos las bases, que teníamos que cumplir con ciertos documentos y ciertos requisitos, entre ellos tenía que mostrar mis certificados y diplomados que yo desde los 13 -14 años que estado estudiando he hecho diversos cursos”.

Así logró acreditarse y ser reconocida como la primera intérprete mujer de Lengua de Señas Mexicana del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sinaloa.

Cristina y las manos con voz

Sus manos vuelan. Sus gestos se multiplican. Todo su cuerpo interviene.

Los oyentes, dice, en muchas ocasiones critican lo que hace la comunidad sorda como sacar la lengua, apuntar con el dedo y ser demasiados expresivos en los gestos. No debe ser así. Se debe comprender la necesidad de tener voz.

Es increíble, también apunta, que a estas alturas apenas se cuenten con dos intérpretes de Lengua de Señas Mexicana en el Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sinaloa. No se puede creer.









“Hola, mi nombre es Cristina. Soy perito intérprete de lengua de señas mexicana en el estado de Sinaloa, Ciudad de Los Mochis. Invito a las personas oyentes para que aprendan lengua de señas, es importante respetar a las personas Sordas y a la comunidad Sorda. Por favor aprendan lengua de señas, gracias. Nos vemos, adiós.”




Video completo de la entrevista en