Eduardo Sánchez Encinas
Gobierno de El Fuerte evade con prontitud entregar información sobre la inversión que realiza a medios de comunicación
Es el único de 8 municipios que pide “pago” de fotocopias por dar información pública
El Fuerte despertó en el purgatorio. En medio del oscurantismo de la información a pesar de ser el año 2022.
De 8 Ayuntamientos solo El Fuerte pide aún el pago por fotocopias a solicitudes de información. Ni Choix, Guasave, Salvador Alvarado, Mocorito, Sinaloa muchos menos Culiacán y Mazatlán lo hicieron.
La transparencia para el Alcalde Gildardo Leyva Ortega es la de los viejos tiempos. La de la maña de antaño. La que le cuesta al solicitante. La que enreda y dilata. La que no se entrega. La que esconde y provoca dudas.
La información municipal de los manejos del dinero del pueblo divaga entre ese ultramundo donde hay un paraíso, o algo parecido, de dicha eterna para los que han sido justos y un infierno de tormento, igual de perpetuo, como castigo para los pecadores.
Lo difícil es husmear entre esos legajos polvorientos de la administración municipal que han hecho famosa la puerta de la corrupción fortense y que violentan duramente la transparencia, el ocultamiento de los datos públicos.
Ahí se esconden las tropelías y mañosadas de Nubia Ramos Carbajal, Marco Vinicio Galaviz Serrano, Eleazar Rubio Ayala, Víctor Manuel Sarmiento Armenta, Eduardo Astorga Hernández y un largo, pero muy largo y deshonesto etcétera.
Con todo y que se promueve la instauración de una ley de archivos digitales en toda en la entidad, en El Fuerte aún se empujan las respuestas de solicitudes de información a fotocopias y mediante un pago forzoso de cada una de ellas.
El jefe de Comunicación Gabriel Alberto Félix Castro y el Tesorero Brian Gilberto Román Gastélum viven la rudimentaria opacidad de la fotocopiadora. Buscan desanimar con el cobro por la información y solo se exhiben entre los 8 municipios que recibieron la misma solicitud.
La Plataforma Nacional de Transparencia no es capaz de convertirse en el espacio para expiar esas culpas de gobiernos descompuestos.
Las penitencias no son suficientes, por eso el Municipio de El Fuerte sigue retando a la transparencia con jugadas antiguas y torcidas.
De torciditas y tropelías
Alguien resguarda en la lenta burocracia la información de los gastos en el Gobierno de Gildardo Leyva Ortega.
Tantos documentos juegan la suerte de las “Sagradas Escrituras” ya que son cuerpos documentales que cuidan las revelaciones por lo pronto de los gastos de comunicación social del alteño municipio.
Así contestó el Fuerte a la solicitud de información número de folio 250485100021622. Que se debía de pagar por las fotocopias.
La solicitud pedía proporcionar el gasto que la actual administración municipal tiene en comunicación social en lo que va del 2022 hasta la fecha.
Se le indicaba precisar los montos totales y si hay diferenciación por dependencias. Describir quienes son los proveedores con monto mensual y su fecha de ingreso para servicios de comunicación social. Agregar copias de los contratos en sus versiones públicas.
De la misma manera al igual que a otros 7 municipios, principalmente del norte de la entidad se le metía la trampa del error del año para averiguar cómo reaccionarían al principio de máxima publicidad y si responderían sobre los datos del 2022.
Se les pedía:
“Precisar el presupuesto destinado para este 2002 en ese rubro de comunicación social, número de empleados de la oficina encargada, nombres, currículos y salarios mensuales hasta la fecha”.
La respuesta arribaba con toda la venia del viejo estilo pre- cuatrotero de antaño diez minutos antes de cerrar el plazo de entrega. Es decir, a las 2 de la tarde con 50 minutos:
“Se le comunica que dicha información consta de 120 hojas, generando un costo de elaboración de 1.44 (uno punto cuarenta y cuatro) por hoja, que genera un costo de $144.00 (son ciento cuarenta y cuatro pesos 00/100 m.n. ), el costo anterior se aplica con base en el artículo 78 bis-3 de la Ley de Hacienda Municipal. Y en los artículos 145 fracción I, 147, 148 fracciones I, II, III, IV, V, VI, VII y VIII. de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Sinaloa”.
Pero ni las cuentas les salían. Al multiplicar 120 hojas por el costo unitario de 1.44 el resultado es 172.8 pesos, no 144. Bueno, las primeras 20 eran gratis.
Y la respuesta termina:
“El lugar para efectuar el pago es en la Dirección de Ingresos Municipal, el cual al realizar el pago le expedirá un recibo para que pase al área de Tesorería Municipal y Transparencia, donde se entregará la información solicitada al peticionario quien tiene que identificarse plenamente”.
El solicitante debía ir hasta El Fuerte e identificarse plenamente. Meterse en sus terrenos, pues.
La solicitud y la forma de respuesta eran claras:
“Forma para recibir respuesta: Electrónico a través del sistema de solicitudes de acceso a la información de la PNT”.
Sin embargo la respuesta de El Fuerte fue pedir el pago de las 120 copias que dispone el aparente expediente (de un peso con 44 centavos cada una) y hacer que el solicitante viaje desde Culiacán un total 290 kilómetros en coche con un consumo solo de ida de 23. 2 litros con un costo aproximado a los 560 pesos y al menos 173 pesos de peaje.
O bien desde Los Mochis para recorrer 84 kilómetros en vehículo y conducir más de una hora y pagar de combustible de ida y vuelta aproximadamente 400 pesos.
Es una aventura espiritual recibir información del Ayuntamiento de El Fuerte.
La Triada fortense
Las revelaciones pueden ser peligrosas sobre todo si se trata de manejo de recursos y más si son para el área de comunicación social. Es mejor esconderlas.
El poder fortense bajo algunos imaginarios lineamientos teológicos se agita en su trinidad y no es que sea una triada de la encarnación del verbo. Jamás.
Tampoco sería el Padre, el Hijo ni el Espíritu santo, sino por el contrario, esa Trinidad serían en uno solo y montados en el mismo desastre administrativo actuando en la vida pública del Municipio, el Alcalde Gildardo Leyva Ortega, el Secretario Edgar Adair Espinoza Robles y la convulsión por los placeres culposos.
En esta segunda entrega de los 8 municipios a los que se les solicitó información solo El fuerte no digitaliza sus documentos y solo Choix no paga a medios de comunicación. Vaya revelaciones.
Los demás, Guasave, Salvador Alvarado y Mocorito mandaron todo en medio electrónico utilizando la Plataforma Nacional de Transparencia. De Culiacán y Mazatlán se hablará en otra entrega.
Aquí ya se puede decir. El Fuerte es ejemplo de opacidad. Prototipo lastimero. Modelo que evade la rendición de cuentas.