El proyecto contempla cinco etapas, que van desde la revisión del sistema actual, usado por la Sedena para fines similares, hasta la producción y puesta en marcha del nuevo programa.
El Ejército mexicano desarrolla junto a ingenieros del Instituto Politécnico Nacional (IPN) un “Sistema de Información para la toma de Decisiones” con el cual prevé agrupar información que va, desde la operación de la delincuencia organizada, hasta organigramas y perfiles de actores de organizaciones políticas y sociales.
El desarrollo del sistema fue divulgado de manera pública, por el mismo Ejército mexicano, a través de la Plataforma Nacional de Transparencia en el rubro de estudios pagados con recursos públicos.
No obstante, con base a una resolución del Comité de Transparencia de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), tomada desde el 11 de noviembre del 2020, que clasifica los proyectos militares desarrollados con universidades públicas, la dependencia limitó los detalles del proyecto.
Sin embargo, entre los correos robados al Ejército por el grupo Guacamaya, se encuentran los protocolo de investigación del proyecto, que pertenece al Sistema de Inteligencia Militar (SIM), así como los avances del mismo.
Uso del software
En el resumen del proyecto se precisó que el objetivo del Sistema de Información S2 (Intl.) EMCDN (Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional), como se le denomina, es “sistematizar el proceso para la generación de los productos de información que actualmente son empleados y elaborados manualmente (panoramas delincuenciales, de los cuatro campos del poder (política, economía, sociedad y delincuencia.
“(Análisis de incidencias delincuenciales y de eventos, líneas de tiempo, redes de vínculos, gráficas estadísticas, mapas de calor, mapeo de incidencias de eventos en cartografía digital, perfiles de actores y fichas y organigramas de organizaciones delincuenciales, políticas, sociales, etc)”.
El proyecto prevé también integrar, en su segunda etapa, herramientas de Inteligencia Artificial para el reconocimiento de voz y rostro, según se detalló en el protocolo.
A su vez, se indicó que el programa se prevé que sea utilizado por el personal del Sistema de Información Militar, además de los organismos de inteligencia de la Guardia Nacional.
Costos y vacío legal
En general, para el proyecto la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) prevé destinar 16 millones 339,700 pesos para su desarrollo el cual se comenzó en marzo de este 2022 y se estima concluya en septiembre del 2023.
En el proyecto se refirió que en México no hay alguna compañía que ofrezca prestaciones similares a lo que desea el Ejército, mientras que a nivel internacional hay software cuyas licencias de uso, por un año, van desde los 26 millones 200,000 pesos hasta los 400 millones.
Por lo anterior, se argumentó, es más eficiente que el Ejército desarrolle su propio programa.
En cuanto al tema legal, se argumentó en los documentos consultados que la compra de este tipo de software requiere, en ocasiones, la aprobación del gobierno del país en el que se hará uso, mientras que el desarrollo, al menos en México, no se encuentra reglamentada como tal, por lo que es más factible su creación.
Deficiencias de la actual programación
De acuerdo con los documentos a los que tuvo acceso El Economista, la Sedena utiliza un sistema similar para agrupar la información que recopila denominado Genexus, sin embargo, dicho software presenta diversas fallas que van desde duplicidad de información hasta fallas en el respaldo de los datos.
En el entregable 2 del proyecto denominado como “Informe de Diagnóstico el Actual Sistema” se enlistaron 12 hallazgos que representan riesgos en el manejo de las bases de datos.
Entre ellos se mencionó que durante la operación del sistema “ocurrió en más de una ocasión que una consulta provocaba que el sistema se tardara en responder en más de un minuto de retraso. Este comportamiento es conocido pero Genexus no proporciona facilidades a los programadores para optimizar sus consultas ni definir eficientemente los índices que podrían ayudar a que las consultas demandantes se ejecuten con facilidad”.
Otro hallazgos es que para el sistema Genexus no hay personal de la Sedena que esté dedicado de manera permanente a resolver los problemas que presenta.
Héctor Molina
Fuente: El Economista