Alvaro Aragón Ayala
El asesinato del periodista Luis Enrique Ramírez Ramos, autor de la columna El Ancla, publicada por El Debate, constituye un reto para la Fiscalía General de Justicia que está obligada a realizar una investigación profunda para establecer el móvil del crimen e identificar y procesar la detención de los autores del homicidio.
A reserva de las sucesivas conferencias de prensa en torno al “Caso Luis Enrique”, la Fiscal Sara Bruna Quiñones ofreció ya los primeros “detalles pobres” en torno al crimen y también datos importantes para el análisis criminológico. El equipo de investigadores trabaja en la recopilación de evidencias y videograbaciones.
Cerca del domicilio del periodista de El Debate, a una cuadra de su casa, se localizó la escena del “levantón” o de la agresión a Luis Enrique. Contra la versión original, la Fiscal ya aclaró que sí recibió un impacto de bala en una de sus piernas, aunque lo que produjo su muerte fueron los golpes que le propinaron en la cabeza.
A estas alturas hay cuatro líneas de investigación:
1.- El ejercicio periodístico de Luis Enrique Ramírez que pudo desencadenar su asesinato, el cual, para su ejecución, requeriría de planeación previa y el uso de herramientas del crimen y vehículos.
2.- Que el asesinato se derivó de una trifulca en las afueras del expendio cervecero ubicado cerca de su casa, la cual se salió de control. Que los asesinos al percatarse de quien se trataba emplayaron el cadáver para despistar a los investigadores abandonándolo en el lugar en que se localizó.
3.- Que fue un atentado criminal para generarle una aguda crisis de seguridad al gobierno de Rubén Rocha Moya y hacerlo “estallar” con la inconformidad del gremio periodístico y la sociedad.
4.- Que el crimen devino de las relaciones interpersonales del periodista.
Para establecer una “línea del tiempo” en la investigación, la Fiscal Sara Bruña Quiñónes dijo que Luis Enrique Ramírez salió de su casa entre las 2 y 3 de la mañana y ya no regresó, pero que no había una denuncia sobre su desaparición ni tampoco sobre amenazas vertidas contra el periodista.
Los investigadores de la FJG analizan las columnas políticas elaboradas por Luis Enrique en los últimos doce meses en un intento por encontrar elementos que pudieran haber motivado el asesinato. En el primer diagnóstico de la columna El Ancla, los detectives determinaron, por el contenido de sus escritos, que el periodista mantenía relaciones cordiales con el gobernador Rubén Rocha Moya y los miembros de su gabinete.
La indagatoria criminal trata de encontrar respuestas a las siguientes interrogantes: ¿Se sentía o no amenazado Luis Enrique? ¿Temía o no ser víctima de una agresión criminal? ¿Si sentía temor porque salió de su casa entre las 2 y 3 de la mañana? ¿Alguien vigilaba o “puso” o no a Luis Enrique para que fuera “levantado” y asesinado?
El crimen de Luis Enrique Ramírez levantó la indignación del gremio de los periodistas y generó la percepción social de que el azote de la violencia y el crimen es generalizado y de que en materia de seguridad y prevención de delitos el gobierno de Rubén Rocha Moya está fallando. El asesinato es ya “capitalizado” por actores políticos, por el lado de la oposición, “para hacer imagen” y describir un estado de barbarie, y por la arista del gobierno para prometer el esclarecimiento del homicidio.
En su segunda conferencia en torno al “caso Luis Enrique”, la Fiscal Sara Bruna informó que los “testigos” de los sucesos han señalado que se escucharon detonaciones de arma de fuego en la zona y aclaró que aún no hay suficientes datos para establecer una línea que lleve a la Fiscalía a identificar a un probable responsable ni se ha encontrado el objeto con el que fue golpeado hasta perder la vida.
Dijo que ya se comprobó que salió solo de su casa y que tenía unos cuantos minutos de haber abandonado su domicilio cuando fue privado de su libertad. “Su mamá estaba en el inmueble y fue quien se percató que había salido, según se ha informado. Todavía no se ha tenido una entrevista formal con ella, dadas las circunstancias, pero en su momento se acercarán a ella para que les brinde todos los detalles que pueda aportar”, explicó.
Sostuvo que los datos y algunas entrevistas que se realizaron con algunos vecinos del sector, permitieron a la Fiscalía establecer la hipótesis de que Ramírez Ramos fue privado de su libertad a unos metros de su domicilio en la colonia “Los Pinos”, y de que incluso ya lesionado fue llevado a bordo de un vehículo blanco y de que probablemente en el trayecto fue ultimado y arrojado en el lugar donde fue hallado, cerca de la carretera México 15 al sur.
Confirmó que en el lugar se encontraron algunos casquillos de arma de fuego, así como manchas de sangre. También se aseguró en el sitio un teléfono celular, pero no se sabe si era propiedad de Luis Enrique, ya que está descompuesto y maltratado, por lo que por el momento está sólo en calidad de indicio.
Señaló que desde el jueves se trabaja en la detección de alguna cámara en el sector, y posiblemente se tenga la localización de una donde por donde pudo haber circulado algún vehículo blanco con las características descritas.
“Una de ellas tuvo problemas para poderla abrir, se está trabajando en eso. Desde ayer se empezó la investigación y continuamos el día de hoy sobre esa línea, porque son muy importantes las cámaras, prácticamente hablan entonces agotamos esa posibilidad”, dijo.