La Auditoría Superior del Estado determinó que el Gobierno de Gildardo Leyva construyó obras para combatir la pobreza extrema, pero tras dos meses de su entrega seguían sin operar en beneficio de la población
¿Gastitos y gastotes en las compras fantasmas?... La siguiente entrega
Eduardo Sánchez Encinas
Segunda Parte
El Fuerte-Culiaçán, Sinaloa. – Gildardo construyó obras para combatir la pobreza extrema y rezago social en su Municipio, pero la Auditoría Superior del Estado confirmó que a dos meses de su entrega no operaban. No había beneficio para la población.
Podrían ser números sin importancia, pero el probable daño al erario o hacienda pública de esta gestión municipal es revelador. Lo peor es que el Municipio de El Fuerte tiene un histórico de Alcaldes que resultaron infames para los números y la administración.
Tan solo la Auditoría Superior del Estado observó en 2021 alrededor de 39 millones de pesos con Nubia Ramos, en 2022 más de 18 millones de pesos ya con Leyva Ortega y en la del 2023 más de 7 millones de pesos. Aún falta la del 2024.
¿Y la luz?
Jahuara II sufrió la desidia de Gildardo Leyva. Ahí el Alcalde mandó construir una ampliación de una red eléctrica en la calle Circunvalación que tras dos meses de haberse entregado seguía sin operar.
“…se advierte la existencia del acta de entrega-recepción de los trabajos entre la contratante y la contratista levantada con fecha 14 de noviembre de 2023, por lo que ya transcurrieron aproximadamente 77 días (2.57 meses), desde que fueron entregados y la obra eléctrica no se encontró operando”, dice el informe de la ASE.
El servicio de energía eléctrica a varios meses de construida la obra sin justificación seguía sin darse.
El presunto quebranto es de un millón 55 mil 155.55 pesos.
Lo mismo ocurrió con la obra de Ampliación de electrificación (Sector Canalón) en la localidad de Huepaco. La ASE no la encontró operando. Ahí se emitió un pliego de observaciones en el que se presume un daño al erario por un monto de 943 mil 236.93 pesos.
Tras la revisión de la Auditoría la idea es clara: la gente no cuenta “con el servicio público de energía eléctrica, sin integrarse la evidencia que motive, sustente y justifique dicha situación”.
Ni los estadios de Beis perdonó
Gildardo Leyva ni siquiera perdonó a los espacios del deporte de sus amores. Otro de sus detallitos es que pagó obra no realizada. Un claro ejemplo se dio en la Rehabilitación del Campo de Beisbol en la localidad de Lázaro Cárdenas, su lugar de supuesta residencia.
De acuerdo a los datos del informe de la Auditoría Superior del Estado esa obra fue contratada por un importe de un millón 597 mil 120.31 pesos, pero según la comparativa entre el importe pagado al contratista en el ejercicio auditado y el levantamiento físico se detectaron volúmenes de conceptos de obra pagados no ejecutados por un importe de 330 mil 229.81 pesos.
De esa manera la ASE observó diversos faltantes, conceptos de obras no realizados, pero si pagados que incluyen, en la construcción de módulos de baños, la ausencia de la puerta de lámina estriada, mamparas interiores y hasta el tanque WC bajo cerámico, entre otras.
En los los dog outs faltaba la construcción de la cerca con malla ciclónica con su puerta y la pintura de muros y plafones, al igual que en los backstop no se realizó el acabado de mezcla de mortero y arena y la pintura.
“Por otra parte, se observa que el campo de beisbol carece de los servicios básicos de agua
potable y alcantarillado sanitario, así como del servicio de suministro eléctrico por parte de
la Comisión Federal de Electricidad (C.F.E.); además, no cuenta con un sistema de alumbrado
apropiado que permita la iluminación de los diversos espacios deportivos, advirtiéndose, que
aún y cuando estos trabajos no se contemplaron en el contrato celebrado, todos éstos
resultan indispensables para el uso y óptimo funcionamiento del campo deportivo en
construcción”, asienta el Informe de la Auditoría.
Hasta la actualización de los pliegos de observación en su informe de octubre del 2024 la ASE reporta que esas irregularidades no han sido solventadas.
Ahora Gildardo Leyva tiene otros tres años para tapar esos hoyos y para hacer más. Muchos más.