Julién Spriú López
El Fuerte, Sin.- A poco más de una semana de que Gildardo Leyva Ortega tome posesión como alcalde en funciones y después del jolgorio electoral, los habitantes del Fuerte comienzan a darse cuenta de que poco o nada conocen de su futuro presidente municipal. Desconocen su pasado y temen haber votado por un personaje peligroso que sólo vendría a enriquecerse en el cargo y que pudiera, además, recurrir a la amenaza, la agresión y hasta el asesinato para lograr sus propósitos.
El despertad ciudadano ocurrió de sopetón. La noticia de las amenazas vertidas por el alcalde electo al comunicador fortense René Vega, director de un portal de noticias y de análisis, trajo a la memoria de los fortenses el asesinato del periodista Vicente García Medina, perpetrado en 1971 y en el que se vinculaba al presidente municipal León García. En aquel entonces fungía como gobernador Alfredo Valdez Montoya.
Vicente García Medina era director de la publicación AVANCE y radiotécnico. Fue torturado y muerto por policías municipales tras haber denunciado la existencia de una pista de aterrizaje para el envío de droga a Estados Unidos. Su crimen fue resuelto gracias a la presión e investigaciones de los periodistas.
René Vega, el periodista amenazado por el alcalde electo Gildardo Leyva, no incursiona en el periodismo policial ni toca temas relacionados con el narco. Las denuncias que han molestado al futuro presidente municipal van dirigidas a la designación de funcionarios, unos sin perfil y otros traídos de los municipios de Guasave y Ahome.
El no saber qué clase de persona es Gildardo Leyva obligó a la ciudadanía a buscar la identidad de las personas que se mueven en su entorno. El pachangón que organizó el pasado domingo en El Paseo de Las Aves, un lugar de esparcimiento para la élite, ubicado en las riberas del río Fuerte, dio pistas de la nueva clase política, casi todos desconocidos por los fortenses, que se aprestan, dicen, a tomar por asalto las finanzas del ayuntamiento de El Fuerte.
Para empezar, en las investigaciones salió a flote que Gildardo Leyva no tenía residencia real en El Fuerte. Su residencia se ubica en Los Mochis, en el fraccionamiento Cuauhtémoc, a espaldas de la Taquería Bachomo, negocio que cobró fama estatal y nacional porque afuera de ese comedero mataron al comandante de la Policía Judicial (Ministerial), Pedro Peñuelas, y a ciudadanos que comían en ese lugar.
Gildardo Leyva fue jornalero agrícola en los Estados Unidos, en donde conoció a su esposa nativa de Michoacán. Tiene varios hijos, uno labora en la Universidad Autónoma Indígena de México y el otro trabaja en Pesca, posiciones que peleó durante su gestión como diputado local. El futuro alcalde presume hablar inglés y ser licenciado en Educación, sin exhibir ningún título. Dice haber sido director general de Capacitación de Mejoramiento Profesional del Magisterio en Los Mochis, Sinaloa en el período de 1979 a 1982.
Dentro de sus actividades se ha dedicado a la agricultura de granos y legumbres en las zonas agrícolas de El Fuerte, Sinaloa. Fue presidente del Módulo de Riego N° 5 del Valle del Carrizo del 2012-2015, el cual “desfondó”. La lujosa residencia que adquirió en Los Mochis, con un portón con franjas cafés y amarillas, lo adquirió en funciones de presidente del Módulo de Riego, el cual endeudó y sambutió en una aguda crisis económica.
Antes de ser diputado de la 63° Legislatura por el I Distrito Electoral Local –beneficiado por el sunami lopezobradorista-, en la cabecera municipal, Gildardo Leyva era el asador de carne y el taquero de una carnicería, con este tipo de servicios, propiedad de Eleazar Rubio Ayala, con quien perdió la amistad. Eleazar le prestó dinero para la campaña que Gildardo Leyva nunca le pagó. En la carnicería trabajaba toda su familia.
Para aparentar radicar en El Fuerte, el alcalde electo rentó una residencia, ubicada a espaldas del DIF-Municipal. Entre el “círculo rojo” de Gildardo se habla de que paga un alquiler mensual de 15 mil pesos y que tiene planes de adquirir esa mansión.
El desconocido Gildardo Leyva comenzó ya a planear su futuro. Tiene proyectado promover a su síndica procuradora, Mayra Osorio, quien administra una parafinanciera en el Valle de El Carrizo, de cuyos créditos se benefició el munícipe. Ya habla de lanzarla en el 2024 como candidata a diputada local y blasona de contar con “fuerza” política para reelegirse en el cargo de presidente municipal.
Lo peor es que para alcanzar sus metas, nadie sabe de lo que es capaz el alcalde electo, quien presume rodearse de gente “muy pesada” y armada….