Aves inmigrantes blanquean algunos cerros de la Bahía de Navachiste para darle magia turística al sitio
Bahía de Navachiste, Juan José Ríos, Sinaloa. – Cientos y miles de aves lo colorean. No solo se baten sobre él, se lo apropian y lo bañan de sus desechos. Lo blanquean. Es un islote de algunos 20 metros de elevación vestido de blanco, tiene al lado otras pequeñas prominencias teñidas igual por el guano aviar.
El “oro apestoso” de culturas de antaño alimenta de un níveo tono la superficie pétrea y gesta con su nitrógeno, fósforo y otros minerales la vida marina.
Desde lejos se impone y roba las miradas. Es el Cerrito Blanco. Se levanta apenas en medio de la bahía y entre más de una docena de Islas. El hechizo motor de una lancha te abre la mirada.
Desde la llamada Isla de Los Poetas es un referente para las letras y los lentes.
Su diluido color es aún más impactante con los ojos cerca. Es sin duda una joya marina de Navachiste.
