El pacto firmado por el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador con los empresarios del ramo de los alimentos es un buen intento para mitigar los efectos inflacionarios que se están teniendo en México y también en el mundo, opinó Cristina Isabel Ibarra Armenta.
La especialista en temas de macroeconomía y economía internacional de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FACES) de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) destacó que hay que cosas que los empresarios no pueden controlar directamente, pero el tratar de establecer este tipo de pactos es algo bueno para la sociedad.
“Ese tipo de pactos no es algo privativo de México, al final de cuentas debemos tener en consideración que los agentes económicos, en este caso las empresas, son quienes proveen a la sociedad de alimentos, de servicios, de todo tipo de bienes y entonces cuando hay algún crisis económica, o cuando hay una consideración importante que hacer, habría que tomar medidas y siempre se buscan acuerdos con los empresarios para ver de qué manera ellos pueden ayudar a la sociedad en ese momento”, expresó.
Sobre el hecho que en el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) se esté dando a los empresarios la posibilidad de importar productos sin restricciones, consideró poco probable que ello vaya a repercutir en que a los consumidores lleguen productos de mala calidad.
“El pacto realmente no especifica que no vaya a haber restricciones, hay seguimientos que se tienen que hacer de parte de salubridad, lo único que dice ahí en el pacto es que van a buscar que sea más rápido, que la Cofepris no ponga trabas”, apuntó.
La profesora investigadora observó que mientras que un alimento es importado de forma legal va a tener que seguir ciertas condiciones elementales.
Destacó que, en el caso de la restricción a las exportaciones establecido en dicho pacto, podría verse un impacto porque México es un país que está exportando muchos productos al exterior y en razón de ello se va a tener que buscar la forma de compensar a los exportadores.
“No debemos perder de vista aún como consumidores que, cuando te pones la camiseta de productor, tienes compromisos y el querer de alguna manera obligar al empresario a reducir sus utilidades solo porque si, eso es limitar la producción”, enfatizó.
Ibarra Armenta, quien es master en economía regional y doctora en economía por la Universidad de Glasgow, Noruega, puntualizó que hay una preocupación muy considerable en el mundo por los niveles de inflación y por el déficit de provisión de granos y gas natural que se está dando a nivel mundial como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania.