Eduardo Sánchez Encinas
La ruina en la que los Alcaldes y Alcaldesas de esta zona dejaron sus administraciones municipales es un monumento a los extravíos de la fortuna
En los municipios del norte de Sinaloa las ruinas también perecieron. No cabe duda. Pavonearon su plumaje. Se hicieron grandes. Épicas. Son ruinas históricas.
Ahome, Guasave y El Fuerte exhiben unas finanzas saboteadas. Dinamitadas. Al fin, ya ni llorar es bueno.
Ante la devastación descubierta, algunos alcaldes como Gerardo Vargas Landeros de Ahome trabajan ya de fiado al menos para salir al paso.
“Estamos medio resolviendo los problemas. Conseguí que me financiaran todo el químico ( del agua potable)que se necesita en el mes de noviembre y diciembre y eso es lo que está cambiando poquito a poquito”, decía.
Su vista se mantiene adelante aunque lo hayan dejado encharcado hasta el tope.
“Hay que pagar nómina, hay que pagar noviembre, y diciembre aguinaldos. Hay que pagar impuestos porque se fueron y no los dejaron pagados y todo el recurso que nos dejaron fueron comprometidos. Ya no hay que echar vuelta atrás, hay que voltear pal frente..”.
Otros Alcaldes se mantienen en el lamento y el asombro o en la contemplación revisora como el de Guasave Martín Ahumada que prefiere que su tesorero lo detalle.
“Te comparto el teléfono de mi tesorero, pégale un grito para que sea un voz que esté actualizada el día de hoy, porque esto es muy variable todos los días”, comentaba.
Marco Antonio Báez, el tesorero guasavense solo habla de los saldos menores encontrados en las cuentas y que más pronto se esfumaron.
“Saldo menores en las cuentas de gasto corriente y algunos pendientes de pago que teníamos que hacer de forma ya oportuna. Ahí lo hicimos estuvimos tratando de renegociar con algunos proveedores”, mencionaba.
No hay duda, a los que llegaron les sustrajeron el tesoro municipal y tras el festín de fin de trienio, como siempre los que se fueron solo esperan el regalo del olvido. Y mientras tanto se montan en la tesis del trabajo bien hecho como la ex tesorera de Ahome, Onisa Juárez Carmona.
“Totalmente transparente como debe de ser y como siempre fue el actuar de su servidora en estos 9 meses que estuve la frente de la tesorería. Y pues contenta de haber concluido sastisfactoriamente..”
Y le preguntaban “¿con la frente en alto? Hay si siempre, muy en alto y mirando a los ojos amigo”, respondía sin la menor pena.
Los que se fueron esperan la gracia de ya no ser mencionados. La no persecución. La desaparición de la cacería. La Omisa de Ahome es muy clara.
“Yo nomás lo que te comento es que las cuentas quedaron muy bien y por ese motivo estamos muy satisfechos”, asentaba al ex funcionaria.
En el Fuerte como reconoce el Tesorero Fabián Cázarez González y dice la canción del rockero Jaime López, Nubia y sus funcionarios se llevaron el bistec con todo y refrigerador.
“La situación financiera nos encontramos con que las cuentas bancarias están sin dinero. Solamente tenemos en caja 501 pesos”, lamentaba.
Los adeudos de los salarios de los trabajadores no les mortificó. Ni soponcio ni retahíla tempranera tuvieron. Pero Nubia y los suyos si se cubrieron sus quincenas con todos sus centavos
“Y el problema más serio que tenemos es que a los trabajadores de aquí en el Ayuntamiento se les debe en algunos casos la primer quincena y en otros casos la segunda quincena”, advertía.
En fin ahí quedaron los restos de una y más administraciones. Son las ruinas del Billy Chapman, de Juan Fierro, Nubia Ramos y la Yeya Leal. Algunas son una delicia por lo siniestras que resultaron. Son destrozos, perdición y decadencia. Desaciertos, escamoteos y extravíos de la fortuna.