Alvaro Aragón Ayala
El divulgado retorno de Manuel Clouthier Carrillo a las lides políticas de alto calibre “sacudió” en Sinaloa los planes de Alejandro -«El Diablo»- Higuera Osuna y levantó encontradas pasiones en el Partido Acción Nacional y en algunos actores políticos estatales y nacionales que ven en el hijo El Maquío la figura que podría revivir o imantar el interés por participar en política bajo las siglas del PAN de aquellos que se fueron de ese partido o que permanecen inactivos, en sueños.
Marko Cortez, dirigente nacional del PAN anunció el regreso del sinaloense al Comité Ejecutivo Nacional del blanquiazul. Clouthier primero se retiró, en el 2012, del PAN, y luego de la política tras perder las elecciones en el 2018 en la que buscaba convertirse en Senador de la República por Sinaloa. Permaneció activo como columnista invitado de El Universal y en las páginas del periódico Noroeste, del cual es copropietario.
La vuelta al PAN de Manuel Clouthier la realizó bajo la concepción de que Andrés Manuel López Obrador ejerce un “gobierno de la contradicción, la incongruencia, la demagogia, el populismo, la mentira, la difamación, la lucha de clases, la soberbia y el nazismo o ‘supremacía’ moral”, un gobierno que “sin los equilibrios personales e institucionales, puede tonarse en odio, rencor, venganza, abuso de poder, ilegalidad, antidemocracia, y autoritarismo”.
El regreso de Clouthier calibró el interés de las cúpulas empresariales -principalmente de Nuevo León, Sinaloa y Jalisco-, por reactivarse políticamente rumbo al 2024. La reincorporación o reactivación del hijo de El Maquío podría alterar o rediseñar el mapa electoral en Sinaloa rumbo a las elecciones de diputados federales y Senadores de la República; impactó en el secretario particular del gobernador Rubén Rocha Moya, “El Diablo” Higuera, ex alcalde de Mazatlán, operador de la desarticulación del PAN y “domador” de algunos de sus cuadros políticos.
Seguramente Clouthier Carrillo trae delineado un proyecto personal acuerpado por el PAN con la intención de romper con la máxima marxista de que “la historia se repite dos veces, primero como tragedia, luego como comedia” o bien con aquella popular sentencia que reza que “nunca segundas partes fueron buenas”. En esta ocasión, podría ir sobre seguro para no repetir la historia de su derrota electoral y evitar que su incursión en la política se convierta en un «deja vu», en una defectuosa copia repleta de chascos y tropiezos.
En el PAN-Sinaloa que vive un proceso de desprendimiento de algunos de sus figuras relevantes y de “acoplamiento” con el gobierno de Rubén Rocha Moya, el anuncio del regreso de Clouthier acalambró a los «panistas» que abrevan en el Tercer Piso con el ropaje de traidores, desertores del blanquiazul o bien con la categoría de “morenistas por contrato” dada la línea dura del hijo de El Maquío. Le pegó en la “línea de flotación” a Alejandro -“El Diablo”- Higuera, ya de por sí en medio de escándalos.
Es probable y posible que la presencia Manuel Clouthier acabe con la comodidad, la pachorra o la connivencia de algunos cuadros del Comité Directivo Estatal del PAN y de sus comités municipales con la “Cuarta Transformación”, sobre todo en Sinaloa, y obligue a reposicionarlo, como partido de oposición, endureciendo la crítica hacia el gobierno estatal. Clouthier conoce a la perfección las entrañas del blanquiazul y el interés o los proyectos que mueven a sus dirigentes.
El “¡Bienvenido al PAN, Manuel Clouthier!” que Marko Cortez difundió en sus redes sociales fue aplaudido por los panistas que desean desenterrar el “hacha de guerra” y provocó escozor entre ex panistas del nivel de “El Diablo” Higuera y del ex dirigente estatal del PAN, Adolfo Rojo Montoya, cómodos los dos, hasta ahora, en el gobierno de la 4T en Sinaloa, y mandó una señal a la propia presidenta del blanquiazul, Roxana Rubio, quien se mueve en “dos aguas”, con declaraciones «críticas» con ropaje de espantapájaros.