A dos años del derrumbe en la mina El Pinabete, en Sabinas, Coahuila, el gobierno federal no ha escatimado
esfuerzos para recuperar los cuerpos de los seis trabajadores que siguen sepultados en el pozo de carbón, y si en los dos meses restantes de la presente administración no se logra este objetivo, existe el compromiso fehaciente
de la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, de continuar con las labores de búsqueda, pues la prioridad es rescatarlos, aseveró la titular de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), Laura Velázquez Alzúa.
En entrevista con La Jornada, destacó que a diferencia de lo ocurrido hace 18 años en la mina Pasta de Conchos, donde a los cuatro días de la explosión se suspendieron las actividades de rescate sin saber si los 65 mineros seguían vivos, ahora hay voluntad política
y el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no tiene límite financiero ni humano para ayudar a la población
frente a un desastre.
Desde la tragedia ocurrida en El Pinabete el 3 de agosto de 2022, se ha trabajado de manera ininterrumpida 730 días, las labores marchan conforme a lo programado y se han logrado nuevos avances 25 hallazgos no biológicos
relevantes, como palas, carreterillas, una pistola neumática, lentes, guantes, botas, rodillera y tramos de manguera que utilizaban los mineros para el ingreso del oxígeno o para extraer el agua, reveló la titular de la CNPC.
Hemos dejado muy en claro que estamos preparados para atender este tipo de emergencias. Demostramos que sí se puede bajar en la mina 60 metros, o en el caso de Pasta de Conchos 150 metros, para encontrar un cuerpo y recuperarlo
, resaltó al referirse al rescate e identificación, entre diciembre y enero pasados, de cuatro de los 10 mineros que quedaron atrapados en la mina localizada en el ejido El Mezquite.
Velázquez Alzúa reconoció que el proceso ha sido una tarea compleja, pues el principal reto para ingresar de forma segura fue bajar los niveles de agua, además de que los trabajos se iniciaron sin contar con un mapa de la mina. No existe, los mineros que ingresaban avanzaron conforme a su intuición o necesidad de extracción del carbón
, dijo.
Esa radiografía del yacimiento se ha ido construyendo, en colaboración con las otras dependencias involucradas en el rescate que encabeza la Comisión Federal de Electricidad. La funcionaria explicó que el ingreso a la mina se está haciendo por tres frentes y cada metro se refuerza con polines de acero y madera, a fin de garantizar la seguridad de las personas que se internan a 60 metros de profundidad, subrayó.
Al asegurar que el gobierno federal y la CNPC mantienen un acompañamiento cercano con los familiares de los trabajadores, la funcionaria detalló que la segunda fase de trabajos subterráneos arrancó en enero y actualmente son 150 personas las que realizan las labores de búsqueda y rescate las 24 horas del día, aunque recordó que en el momento más álgido del accidente se desplegaron más de 800 elementos.
En la mina de carbón se construyó un tajo a cielo abierto, y para ello se han realizado mil 167 perforaciones, 128 voladuras supervisadas por la Secretaría de la Defensa Nacional; se han excavado y retirado más de 2 millones 277 mil metros cúbicos de suelo y roca y extraído más de 1.6 millones metros cúbicos de agua, detalló.
La coordinadora de Protección Civil puntualizó que esta instancia es responsable de prevenir un accidente o desastre y actuar en consecuencia. Para ello, hace recorridos constantes en todo el país y advierte a los gobiernos estatales de los riesgos que se tienen en sus entidades.
Específicamente en Coahuila, el mayor peligro que hay
es el ingreso de agua e inundación de las minas, muchas de las cuales fueron abandonadas tras agotar sus minerales.
Respecto a las acciones preventivas en otras minas localizadas en la región carbonífera, la funcionaria señaló que son 11 dependencias federales responsables de revisar el marco normativo y jurídico, así como las condiciones de seguridad en estos centros de trabajo, principalmente las secretarías de Economía y del Trabajo.
Jared Laureles
Fuente: La Jornada