A pesar de que su importación, venta y distribución está prohibida en México, al menos 500 mil adolescentes y 1.3 millones de adultos son usuarios de cigarros electrónicos en nuestros país, alerta la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua 2022 (Ensanut), elaborada por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
De acuerdo con los datos recabados, al menos 200 mil niñas y adolescentes, y 300 mil varones menores de edad son usuarios de cigarros electrónicos y productos de tabaco calentado. Su uso, advierte, “se ha asociado con un número creciente de patologías físicas y mentales, así como con el aumento en probar y consumir tabaco combustible”, por lo que su consumo representa un “grave riesgo para la salud”.
La encuesta reconoce que en México la respuesta de la industria tabacalera a las políticas de control de tabaco “fue la introducción de los cigarros con cápsula de sabor”, los cuales son, actualmente, “muy populares entre la población mexicana que fuma, consumidos por, aproximadamente, la mitad de las personas que fuman”.
Además, apunta, el mercado de tabaco ha evolucionado y la industria “ha logrado posicionar productos de tabaco novedosos y emergentes –cigarros electrónicos y de tabaco calentado–, los cuales son especialmente atractivos para la población adolescente”.
La Ensanut 2022 revela que la prevalencia en el consumo de cigarros electrónicos fue de 1.5 por ciento en la población adulta, pero alcanza 2.6 por ciento entre los adolescentes. Destaca que tanto en los mayores como en jóvenes, el uso fue mayor en hombres, con 3 por ciento para los mayores de 18 años, y 2 por ciento para adolescentes.
“El mayor uso entre adolescentes podría explicarse ya que, pese a que estos productos se promocionan como para adultos, estudios internacionales han encontrado que características como el sabor los hacen muy atractivos para ellos”, subraya la encuesta.
Por ello, alerta que el uso del cigarrillo electrónico en la adolescencia representa un “grave riesgo para la salud”, debido a que “se asocia con mayor intensidad de uso y adicción en la edad adulta”.
Ante la prevalencia en el uso del cigarro electrónico, la Ensanut 2022 destaca que se requiere reforzar el cumplimiento de las medidas que prohiben su importación, venta y distribución, por parte de las autoridades federales y locales, así como fortalecer el marco regulatorio.
La investigación precisa que es fundamental acelerar la implementación del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco y continuar la evaluación de políticas de control para disminuir la carga económica y en salud, así como la mortalidad prematura que ocasiona el tabaquismo.
Laura Poy y Carolina Gómez
Fuente: La Jornada