RICHARD LIZÁRRAGA
El dispositivo de “bioseguridad” que el alcalde Guillermo -El Químico- Benítez fanfarroneó que montaría en los eventos del Carnaval 2022, rechazando el apoyo de personal de la secretaría de Salud estatal, resultó toda una farsa. Lo que suponía sería un efectivo operativo sanitario para impedir contagios de coronavirus quedó plasmado únicamente como un discurso fantoche del presidente.
Quienes acudieron el jueves a las primeras fiestas del Carnaval “LANAO: el viaje continúa” quedaron expuestos a no viajar a la diversión, sino a la enfermedad o la muerte, porque no se exigió el certificado para ingresar al estadio “Teodoro Mariscal”, en el cual, para colmo de males, no se respetó la sana distancia ni el uso del cubrebocas.
Como si se tratara de “atúnes en latas”, la gente fue colocada, en las butacas o parados, sin respetar ni siguiera medio metro de distancia, cuando los protocolos sanitarios recomiendan separar un metro y medio de distancia de una persona a otra en los eventos masivos, para evitar los contagios. Miles de personas se quitaron el cubrebocas en la coronación del “rey del Carnaval”, Obed Ibarra y en la celebración de los espectáculos.
El alcalde Guillermo -El Químico- Benítez presumió antes del arranque del Carnaval, que en su operativo de “bioseguridad” participarían mil 500 elementos de los tres niveles de gobierno -municipal, estatal y federal-. Los pocos “efectivos” que se localizaron en las cercanías y en las afueras del estado “Teodoro Mariscal” montaron vigilancia únicamente para detener a quienes infringían el bando de policía, no para salvaguardar la salud de quienes acudieron a las fiestas carnestolendas.
En la zona de Olas Altas tampoco se montó ningún filtro sanitario. En el acceso del crucero de las Avenidas Zaragoza y Paseo Claussen solo había unas vallas metálicas y otras de plástico de color naranja. Adultos y niños ingresaron a la zona carnavalera sin restricción alguna. No hubo revisiones a las personas.
En el arranque del Carnaval el dispositivo de “bioseguridad” fue una verdadera farsa, constituyéndose, las fiestas, en verdaderos atentados a la salud pública. El contacto directo entre las personas, los eventos masivos, son los que provocan los contagios. El primer día fue catastrófico: quienes acudieron a los “festejos de la carne” quedaron expuestos a la contaminación por coronavirus.
El ecocido carnavalesco
El presidente del Centro para la Educación Ambiental y Agrícola, David Ocampo Peraza confirmó que por el CEAA en los últimos días se han avisado tlacuaches, tejones, mapaches e iguanas que huyen del ruido y del bullicio.
En una entrevista que concedió a El Sol de Mazatlán , comentó que al autorizar la instalación de la feria aledaña a este cuerpo de agua se debió prever la invasión que está ocasionando a este hábitat, además de contemplar que el personal estará generando diariamente varios tipos de residuos, por lo que cuestionó ¿qué manejo que se le van a dar?
«Había espacio ahí al lado del Sams, dónde antes se hacían las ferias, no sé por qué no lo harían ahí. Ya sabemos que con toda la modificación que se le hizo al bosque de la ciudad en realidad va a ser algo muy diferente, se han hecho muchas obras de infraestructura, se ha pavimentado», señaló.
Dijo que al dejar de ser Bosque de la Ciudad y convertirse en Parque Central, a las asociaciones civiles que antes vigilaban y monitoreaban el buen uso de este espacio ahora los han sacado de la jugada.
En redes sociales, a través de una publicación, se exhibió qué se están vertiendo aceites en la laguna; se observan los escurrimientos de este líquido sobre la acera, desde la parte de los juegos mecánicos hacia el cuerpo de agua.
Ocampo Peraza indicó que se verá afectada también la movilidad urbana, ya que esta vialidad era una ruta alterna para el desfogue del tráfico a la par que se «eliminaron» los espacios de estacionamiento que ahí había, lo que seguramente va a ocasionar un caos vial durante los días de mayor afluencia.