En México, los sistemas de alertas tempranas contra desastres provocados por erupciones volcánicas y tornados se encuentran “menos desarrollados” que otros esquemas preventivos, por lo que es necesario crear programas integrales que cuenten con todos los recursos económicos necesarios, indicaron expertos en el tema.
Señalaron que la labor de estudio de la actividad volcánica en el país “no servirá de nada” si no está acompañada de estrategias de diálogo y acercamiento con las comunidades que viven en las zonas de mayor riesgo, muchas de las cuales a veces desconfían del trabajo de los investigadores.
Durante un foro organizado por la UNAM, en el contexto del Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, Jesús Manuel Macías, académico del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social, destacó que antes del sismo de 1985 prácticamente no había trabajos de prevención y fue hasta 2000 que se formaron grupos especializados.
Si bien afirmó que la labor de monitoreo de los volcanes activos en México tiene mucho que ver con el equipamiento tecnológico en manos de las instituciones, subrayó que uno de los aspectos cruciales es saber trasmitir los datos obtenidos a las comunidades
Si las personas –y especialmente quienes habitan cerca de un volcán– no son bien informadas de posibles riesgos y no tienen una reacción adecuada, “todo el trabajo de pronóstico no sirve para nada”, enfatizó Macías, quien puso como ejemplos las erupciones del Popocatépetl, en 1994, y el Volcán de Fuego, en Guatemala, en 2018.
Enrique Guevara, titular del Centro Nacional de Prevención de Desastres, afirmó que México promueve la implementación de un Sistema Nacional de Alerta, el cual debe detectar “amenazas múltiples”, integrar los datos en una sola plataforma y garantizar que esa información llegue de manera adecuada a la gente.
Lucía Capra, directora del Instituto de Geociencias de la UNAM, campus Juriquilla, resaltó que en los últimos 20 años se ha avanzado mucho en la red de investigación de vulcanología, pese a que estos colosos “siempre nos sorprenden” y las erupciones siguen causando grandes tragedias, por lo que es urgente diseñar protocolos adecuados de gestión de riesgos.
El geofísico estadunidense Andrew Best Lockhart lamentó que muchas comunidades obstruyen los trabajos de los expertos en el estudio de volcanes, por desconfiar de sus intenciones.
Fernando Camacho Servín
Fuente: La Jornada