Gabriela fue sentenciada a 40 años en prisión y vivió una serie de graves consecuencias.
Gabriela López recordó que desde que tenía 12 años de edad prefirió unirse al narcotráfico para escapar de la violencia y el dolor que vivía dentro de su casa. Pensó que en el crimen organizado los integrantes vivían una suerte de hermandad, como una familia que carecía en casa. Con los asesinatos que cometía por órdenes del cártel al que servía en el norte del país.
-“¿Qué se siente matar?” -”Nada”, respondió Gabriela a la cineasta Alejandra Sánchez para su documental Placeada: Historia íntima de una ex-sicaria. La realizadora conoció a la ahora exsicaria mientras cumple condena dentro de una cárcel en Chihuahua. El trabajo de Gabriela era “simple”: solo tenía que matar a las personas que los altos mandos del cártel le ordenaran.
“Es un trabajo. Yo hacía mi trabajo, y nos íbamos al jacal a comer hamburguesas”, acotó Gabriela.
¿Qué llevó a Gabriela a ser una sicaria?
La idea de Gabriela para liberarse de la prisión que sentía que vivía en su hogar era independizarse en compañía de su mejor amiga, y la manera más rápida de conseguirlo creyó era en el narco. De tal manera que la joven sicaria se esforzaba por tratar de encajar en el crimen organizado a la par de enfrentar el machismo que impera en los grupos delictivos.
“Hace unos años creía que estando en un cártel hacías familia, y no, de mí se sirvieron. No les importaba y yo con el afán de caer bien a alguien hacía las cosas. Me esforzaba en hacerlas bien”: Gabriela.
Ambas adolescentes fueron escalando en la jerarquía del cártel (el cual no fue dado a conocer). Aunque ya no sentía nada al matar a la gente, Gabriela experimentó las graves consecuencias por cometer su primer asesinato. “¿A qué me metí?, ¿qué hice?“, se cuestionó se cuestionó la joven sicaria tras obedecer la orden que un poderoso personaje en un penal de máxima seguridad le dio para asesinar a dos hombres: “Los quiero muertos, y quiero las cabezas”.
La sicaria tuvo compasión
“Por esas muertes me volví Comandante”, indicó Gabriela en el documental, quien describió que los narcos la capacitaron para que aprendiera a disparar las armas de fuego e incluso le pagaron el viaje para que se especializara en España, Marruecos e Israel en donde dijo: “Allá te enseñan lo que es tortura. Muchas cosas”.
Su mejor amiga murió durante un enfrentamiento, pero Gabriela siguió adelante hasta que fue capturada a sus 20 años de edad por las autoridades. Una vez detenida, la sicaria fue procesada penalmente para ser sentenciada a una pena de 40 años en la cárcel por los multi asesinatos que llevó a cabo en ocho años, donde llegó a ser jefa de sicarios.
Antes de ser sicaria, Gabriela estuvo a punto de prender el gas de la estufa de su hogar para que toda su familia muriera, pero a lo largo de su tiempo como sicaria, recordó que también tuvo compasión cuando perdonó la vida a la novia de un sicario a quien debió matar, resaltó la cineasta. Ahora Gabriela puede salir de prisión tras haber cumplido 20 años dentro de la cárcel.
Rodrigo Mendoza González
Fuente: El Heraldo de México