El cardiólogo Diego Araiza conversó con El Heraldo Digital sobre las formas de prevención si los pacientes tienen la presión alta.
Dolores de cabeza, mareos y zumbidos en los oídos son algunos de los primeros síntomas que presentan los pacientes con hipertensión, también conocida como presión alta; sin embargo, para llegar a desarrollarlos el cuerpo normalmente ya presenta algunas complicaciones médicas, pues si por algo destaca esta afección es por ser silenciosa y de ahí que quienes la padecen pocas veces lo saben. Es por ello que los profesionales de la salud recomiendan hacer revisiones periódicas, pues detectarla a tiempo puede prevenir otras problemáticas como daño en los riñones.
La hipertensión tiene una estrecha y directa relación con el daño en los riñones al aumentar el riesgo de desarrollar afecciones como la enfermedad renal crónica y ante un panorama en el que tan sólo en México una de cada cuatro personas la padecen y cerca del 46 por ciento desconoce su diagnóstico, según datos de la Secretaría de Salud, es fundamental hablar sobre las implicaciones que una puede tener sobre la otra.
Con la intensión de prevenir más casos e incluso muertes a causa de la presión arterial o de la enfermedad renal crónica, El Heraldo Digital conversó con el doctor Diego Araiza, Médico Cardiólogo adscrito en la unidad coronaria del Instituto Nacional de Cardiología – Ignacio Chávez (INC) y miembro titular de la Sociedad Mexicana de Cardiología, quien detalló la relación entre estas dos enfermedades y las medidas de prevención que debe tener la población, en especial los adultos de más de 30 años.
¿Cómo es vivir con hipertensión y problemas en los riñones?
Iztayana Velasco es una joven de 27 años de edad que vive con enfermedad renal crónica desde hace más de 13 años y cuyo caso empezó con hipertensión alta; sin embargo, los síntomas se presentaron hasta que la enfermedad ya había afectado sus riñones.
“Empecé con dolores de cabeza; estuve como un año así y me estaban tratando por migraña, pero el tratamiento no me hacía afecto y un día tuve una consulta, me checaron la presión y vieron que estaba muy elevada. Me hospitalizaron y me hicieron laboratorio, estudios y me dijeron que tenía un daño en los riñones. Ya no funcionaban bien”, recordó.
“Yo no sabía”, es una de las frases que Iztayana agrega al explicar que los dolores de cabeza son uno de los principales síntomas de la presión alta y que muchas veces las personas suele ignorar. Es por ello que una de las principales recomendaciones del doctor Diego Araiza es que la población en general frecuente revisiones médicas con las cuales detectar si esta u otras enfermedades silenciosas ya están presentes en el organismo para enfrentarlas cuanto antes.
El testimonio de Velasco encaja a la perfección con las advertencias del miembro titular de la Sociedad Mexicana de Cardiología, ya que aunque la hipertensión suele ser silenciosa, algunos de los síntomas que se empiezan a desarrollar con el paso del tiempo son el dolor de cabeza, falta de aire, mareos o dolor del pecho. Por otro lado, quienes tienen insuficiencia renal se enfrentan a una gran variedad de signos como retención de líquidos, hincharse, orina espumosa y escasa, cansancio o deterioro del estado cognitivo.
En el caso de la hipertensión que en México afecta a 30 millones de personas y la enfermedad renal crónica, el experto detalla: “Son enfermedades diferentes pero que están estrechamente relacionadas, la presión alta es un problema que a largo plazo tiene muchas consecuencias, una de ellas muy importante es precisamente el desarrollo de insuficiencia renal”. Además, los pacientes con este problema de salud también se enfrentan a un mayor riesgo de sufrir un infarto al corazón, un accidente cerebrovascular, perder la vista, disfunción eréctil o deterioro cognitivo.
“Los pacientes con insuficiencia renal muy frecuentemente son hipertensos, hasta 7 de cada 10 pacientes que tienen un problema de insuficiencia renal padecen también hipertensión, entonces hay un continuo entre estos dos grupos de enfermos”, señala.
Tanto es el impacto de estas dos afecciones en nuestro país que el especialista recuerda que hasta hace unos años la recomendación era que todos los adultos mayores de 40 años se realizaran una evaluación médica; mientras que actualmente desde los 30 años debería de iniciar la preocupación por medir y regular la presión arterial, así como verificar la buena función de los riñones, así como los adecuados niveles de colesterol y o glucosa en la sangre.
Los daños en las arterias terminan por dañar los riñones
Las personas que tienen la hipertensión ya sea que no lo sepan o no lleven un seguimiento adecuado implementando hábitos y un estilo de vida saludable, tienen mayor probabilidad de presentar riesgos en la salud, y es que con el paso del tiempo el incremento de la presión arterial termina por “dañar las arterias de todo el cuerpo, pero principalmente los lechos arteriales que tenemos en las arterias coronarias de donde son las arterias del corazón, cerebrales y las de los riñones que se van lastimando y deteriorando conforme pasa el tiempo”, agrega el experto.
En el caso de éstos últimos, cuando la hipertensión ya causó daños, son incapaces de continuar con sus funciones, es decir, ya no pueden filtrar los tóxicos hasta en un 10 o 15 por ciento, lo que ocasiona que se acumulen y comiencen a desarrollar los síntomas antes mencionados. “Esto es muy tardío en la evolución en la insuficiencia renal, ojalá que los pudiéramos atender mucho antes”, advierte el doctor Diego Araiza.
Sin embargo, todo esto se puede evitar y tal como señala Iztayana Velasco, “uno se da cuenta cuando ya no hay nada qué hacer. Entonces si se detecta a tiempo todavía hay posibilidades de poder ayudarlos a que no les avance tan rápido la enfermedad. Es complicado, yo que estoy en hemodiálisis, tengo que estar yendo (al hospital) tres veces a la semana y es cansado, pero la verdad yo me siento bien y nunca he tenido mayor problema”.
Con las revisiones médicas, estudios de sangre y chequeos generales se pueden evitar complicaciones como estas y además de una larga lista más de padecimientos que también están relacionados con la hipertensión y problemas en los riñones, como es el caso de la diabetes.
“La hipertensión es el factor que más cuesta vidas productivas y años de vida productiva; reduce tu expectativa de vida y reduce tu calidad de vida. Si tú tienes una hipertensión que no es tratada, posiblemente en años futuros desarrolles complicaciones como puede ser un accidente cerebrovascular, donde uno queda dependiente de cuidados de la salud y dependiente de la familia; puede desarrollar insuficiencia cardiaca que es un problema que tiene un deterioro de la calidad de vida peor que el cáncer, falta de aire, incapacidad de moverse ,de retención de líquidos puede desarrollar un problema como un infarto miocardio que es la primera causa de muerte súbita nuestro país; puedes desarrollar insuficiencia renal que a final de cuentas también requiere de terapias de diálisis que es conectarse a una máquina 2 o 3 veces a la semana o conectarse a un a un catéter abdominal y tener sesiones de diálisis todos los días”, precisa.
¿Qué puedo hacer para cuidar mi salud?
Un detalle importante que destaca el cardiólogo es que “un chequeo temprano y prevenir es la clave del éxito”, y para ello también hay que cambiar el estilo de vida y los hábitos que se siguen todos los días, pues muchos de ellos son factores de riesgo que pueden detonar en problemas graves de salud.
“Hoy sabemos que si uno hace actividad física, mantiene un peso saludable, procura una dieta libre de procesados y ultraprocesados, alimentos con conservadores y con sales, evita el alcohol y el tabaco, con esto ya tiene 80 por ciento de posibilidades de no desarrollar estos problemas a largo plazo”.
Por otro lado, el especialista recuerda que para muchas personas es complicado seguir un estilo de vida como al anterior y considerando los casos en México, la medicación cuando se detecta la hipertensión puede ser otra vía de prevención, en especial cuando se habla de personas fumadoras, con obesidad y con una alta carga genética. Sin embargo, siempre se pueden implementar medidas con las cuales evitar que la hipertensión dañe los riñones u otros órganos.
“Se sabe con certeza que las dietas que incluyen una gran cantidad de alimentos naturales, de frutas, de verduras, de leguminosas y las cosas que tú más bien cocinas en tu cocina y no tanto compras congeladas o en caja, procesadas, son las que son adecuadas para tu salud”, explica.
La dieta es fundamental en los pacientes, ya sea con hipertensión o daño en los riñones y de acuerdo con Iztayana, en su caso particular la alimentación es importante para evitar complicaciones de salud: “sí como de todo, pero obviamente me cuido, no me excedo”. El doctor también coincide con esta idea y para tranquilizar a los pacientes explica:
“Esto no es de un día, no es si el fin de semana fuiste y tomaste dos bebidas energéticas, comiste algo frito y cenaste un alimento que venía en una caja, pues muy posiblemente puedas hacer cargo de esos esos problemas y lo puedes subsanar bien y no va a pasar mucho, pero una tendencia en donde consumimos la mayoría de nuestros alimentos procesados (…) a largo plazo estas tendencias son las que deterioran muy adversamente el sistema metabólico y se ven asociadas a todos sus problemas como síndrome metabólico, obesidad, diabetes, colesterol alto, hipertensión y sus consecuencias, como por ejemplo el desarrollo de insuficiencia renal”.
Al asegurar que la prevención es la clave del éxito, el doctor concluye que “como cardiólogo que trabajó tanto en prevención primaria en consultorios, como en prevención secundaria en una unidad de cuidados intensivos coronarios, les puedo asegurar que la prevención primaria es un escenario mucho mejor para estar, nadie quiere nunca llegar y no sabe lo que implica llegar a una unidad coronaria con un infarto o con un riñón que está fallando es muy complicado entonces les recomendaría a los que nos leen que acudan a un chequeo temprano”.
Aline Nicolas.
Fuente: El Heraldo de México