La lectura en la primera infancia fortalece los vínculos parentales con los pequeños contribuyendo así a su desarrollo socio-emocional, señaló la promotora de lectura, Mariana Valeria Ayala Rubio.
La colaboradora del departamento de Difusión de la Editorial de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), explicó que se considera la primera infancia a la etapa de crecimiento entre los 0 a los 6 años de edad y que, el fomentar el hábito de la lectura en este periodo trae múltiples beneficios.
“Es muy importante porque para empezar cuando abrimos estos espacios donde estamos leyendo con los niños, cuando los tenemos en el regazo e incluso nos acostamos a un lado o simplemente los acompañamos la lectura nos sirve para fortalecer ese vínculo, es el parteaguas para tener un momento afectivo con los niños”, declaró.
Expuso que el hecho de que los padres dediquen este tiempo de calidad a leer un libro con sus hijos, influye de manera positiva en su desarrollo humano e intelectual, ya que estos desarrollan su creatividad, su imaginación, enriquecen su lenguaje y fortalecen su autoestima.
“Evidentemente va a repercutir en el desarrollo socio-emocional de nuestros niños, es decir, el sentirse acompañados, el tener a un adulto que este ahí con él les da mucha seguridad y refuerza su autoestima”, indicó.
La creadora lectora pidió a los padres a dejar de lado la idea de que los niños a edades tempranas no saben leer, pues dijo, los pequeños viven el proceso de lectura iniciado a través de la interpretación de gestos, el lenguaje corporal y al escuchar la voz de quienes los rodean.
Mariana Valeria, invitó a acercar a los pequeños al mundo de los libros desde la etapa inicial para que vayan coordinando y familiarizándose con ellos, por lo que sugirió comenzar con libros de tela con texturas o de cartoncillo y gradualmente ir incorporando textos de páginas más delgadas.
Finalmente, indicó que la mediación de la lectura debe darse en un ambiente amoroso en el que los niños se sientan cómodos y seguros para que esta sea una experiencia significativa.
“Nosotros nacemos con millones de neuronas nada más necesitamos que estas hagan conexiones y luego se ramifiquen y lo que se necesita ahí son las experiencias, entonces nosotros como adultos que estamos acompañando, es nuestro deber proporcionarles ambientes donde puedan tener muchas experiencias para que desplieguen y hagan estas conexiones neuronales, tengan presente que los primeros años nos van a definir como personas adultas”, externó.