El decreto presidencial mediante el cual se prohíbe la importación a México de productos transgénicos que contienen la molécula de glifosato, es insostenible desde el punto de vista económico y el Gobierno Federal va a terminar suavizando dicha decisión, consideró Luis Armando Becerra.
El académico e investigador de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) reconoció que en términos de salud esta decisión del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador es positiva, sin embargo, en términos económicos tendría que valorarse para ciertos productos como es el caso del maíz donde somos deficitarios.
“México va a terminar suavizando dicho decreto porque desde el punto de vista económico puede ser que en el caso concreto del maíz no se puede sostener, ya que no se puede prohibir la entrada de 17 millones de toneladas, porque simplemente el precio se elevaría y eso implicaría que las tortillas lleguen más caras o la carne”, observó.
Advirtió que alguien puede decir que ese maíz que se importa no se utiliza en tortillas, pero lo cierto de todo es que el mencionado grano se utiliza para engordar el ganado, que luego se convierte en carne en tu mesa.
Respecto a la prohibición por decreto presidencial de utilizar agroquímicos que contienen la molécula glifosato para combatir plagas en el campo mexicano, Becerra Pérez indicó que, poniendo en el centro el defender la salud humana, dicha decisión puede considerarse correcta.
“Desde ese punto de vista es correcto, pero hay que ver el otro punto en algunos productos en los que somos deficitarios como el maíz donde concretamente importamos 17 millones de toneladas por año, como le vas a hacer si no permites la entrada de maíz genéticamente modificado o que utilizan productos agroquímicos que contienen la molécula de glifosato”, cuestionó.
Subrayó que el asunto es polémico porque no hay una verdad única al respecto, ni está comprobado al 100 por ciento que el glifosato provoque leucemia o cáncer, como se ha argumentado en los últimos años por parte de grupos ambientalistas.
Becerra Pérez no descartó que a raíz de estas dos decisiones presidenciales se genere un problema económico tanto a nivel nacional como internacional por las protestas que esto viene generando entre los organismos agrícolas y por la controversia que ya tiene interpuesta Estados Unidos en el marco del Tratado de Libre Comercio.
Puntualizó que a nivel mundial ya se están consumiendo en muchos países algodón y soya transgénico, el primero utilizado en la elaboración de ropa y el segundo en alimento para animales.