Alvaro Aragón Ayala
Sabiendo el daño que ocasionan, los “publicistas” de Juan de Dios Gámez Mendívil socializan la impresión de que el alcalde sustituto de Culiacán realiza una “limpieza” de funcionarios estradistas como si se tratara de personal “sucio”, de basura que hay que sacar de inmediato del ayuntamiento.
El concepto “limpieza” parece ser parte de la estrategia para deshacerse de empleados y funcionarios municipales identificados con Jesús Estrada Ferreiro, retirado del cargo de alcalde, sobre quien pesan varias acusaciones todavía no comprobadas por ningún juez de control o magistrado.
Estrada Ferreiro fue separado del cargo mediante el mecanismo de las denuncias penales en la Fiscalía General de Justicia, empoderadas después en el Congreso Local. Aunque no media ninguna sentencia en su contra, las querellas sirvieron para quitarle el fuero y retirarlo del cargo.
El proceso jurídico-legal en los tribunales, de acusación y defensa, apenas empieza. Estrada Ferreiro rechazó la privacía de los juicios que obran en su contra y demandó el derecho de la máxima publicidad para que la sociedad sepa de qué se le acusa y que curso toman los procesos.
En el inter, el alcalde sustituto saca del ayuntamiento de Culiacán a los funcionarios estradistas, todos militantes de Morena, bajo el argumento publicitario de la “limpieza” del Palacio Municipal, intentando generar una mala imagen de quienes fueron destituidos o renunciaron obligada o voluntariamente a sus cargos.
La lectura que envía Juan de Dios Gámez es que no bastó con separar del cargo a Estrada Ferreiro, con una acusación que se tendrá que comprobar después en los tribunales estatales y federales, sino que el plan es demoler el equipo estradista-morenista que ganó dos elecciones municipales en Culiacán.