Alvaro Aragón Ayala
El Partido Revolucionario Institucional y sus diputados locales carecen de fuerza, presencia y capacidad de maniobra para cambiar u obstaculizar la agenda anticorrupción en el Congreso del Estado. Al tricolor no le alcanzan sus 8 diputados para frenar las auditorías que, en apego a la ley, se le practicarán al gobierno de Quirino Ordaz Coppel.
En la asignación-negociación de las comisiones de la 64° Legislatura, al PRI se le infligió su primera derrota con la cesión de la Comisión de Fiscalización, organismo “mancomunado” controlado por una mayoría legislativa de Morena y el Partido Sinaloense.
Las Comisiones del Congreso no son unipersonales, sino órganos colegiados integrados por diputados, cuyas funciones son las de analizar y discutir las iniciativas de Ley, los proyectos de Decreto y demás asuntos que les sean turnados por la Mesa Directiva para elaborar, en su caso, los dictámenes correspondientes.
Para efectos operativos y de control, en el Congreso Local sobresale la Junta de Coordinación Política en manos de la Feliciano Castro Meléndrez, de Morena, y la mesa directiva liderada por el diputado Gene René Bojórquez, del Partido Sinaloense.
En el combate a la corrupción, tres son las comisiones importantes: la de Hacienda Pública y Administración, la de Transparencia, Anticorrupción y Participación Ciudadana y la de Fiscalización. En las tres se impone con voz y voto una mayoría colegiada de Morena-PAS.
En orden de importancia destacan la Comisión de Puntos Constitucionales y de Gobernación y la de Hacienda y Administración; la primera quedó manos del morenista Ambrocio Chávez Mojardín con mayoría de diputados de Morena-PAS; en Hacienda se instaló en la presidencia al morenista Jesús Ibarra Ramos, también con mayoría de Morena PAS en esa comisión.
La jugada por el control absoluto Morena-PAS en el Congreso fue magistral. Aplastó al PRI: La fracción parlamentaria morenista tomó la presidencia de 14 de las 27 comisiones, pero en las 27 destaca una mayoría colegiada legislativa de Morena-PAS. El PAS obtuvo la presidencia de 5 comisiones con el control de PAS-Morena.
El PRI alcanzó 5, pero sin el control colegiado de ninguna de esas 5 comisiones. El Partido del Trabajo alcanzó una comisión, el Partido Acción Nacional otra y una más el Partido Movimiento Ciudadano. En estas tres comisiones con presidencia de PT, PAN y MC, se impone Morena-PAS por mayoría colegiada.
En las negociaciones, perdió el PRI todas. La jugada del tricolor falló: Morena-PAS operaron para que se quedara con la comisión de Fiscalización, pero sin mayoría colegiada y con el diputado morenista Marco Antonio Zazueta, ex presidente de esa comisión, como “sombra”. El órgano colegiado es controlado por una mayoría de diputados de Morena y el PAS.
Con el hipotético “dominio” de la Comisión de Fiscalización, los diputados tricolores le apostaban a vetar el ejercicio de investigaciones contables contra la administración del gobernador saliente Quirino Ordaz y salvar de la “renuncia” a la auditora Emma Guadalupe Félix Rivera.
Pero sobre la Comisión de Fiscalización se impone la Jucopo, la comisión de Gobernación, la comisión de Hacienda, la comisión Anticorrupción y la Unidad Técnica de Evaluación, controlada por Morena y responsable de auditar a la Auditoría Superior del Estado.
El combate a la corrupción va: imposible que la frenen sólo 8 diputados del PRI que ya han dado señales de intentar “blindar” a Quirino Ordaz Coppel y a la auditora estatal. Los 20 diputados de la Cuarta Transformación y los 8 legisladores del PAS conforman una sólida aplanadora legislativa y una garantía en la lucha contra la corrupción.