Hablar de la biznaga, una especie de cactus que se encuentra en el altiplano mexicano en las zonas áridas de Oaxaca, Puebla, Estado de México, Querétaro, San Luis Potosí y Sinaloa, es referirse a un recurso natural que se encuentra en la lista de especies en peligro de extinción, de ahí la importancia de reflexionar sobre su conservación, subrayó José Saturnino Díaz.
El profesor investigador de la Facultad de Biología, expresó que esta especie utilizada en la tradicional rosca de Reyes, en los chiles en nogada, como cubierto o dulce de mesa, tiene un crecimiento tan lento que, para poder ser explotable, tarda entre 40 y 60 años, por lo que llamó al cuidado de esta.
“No sabemos el daño que le estamos causando de manera indirecta a la naturaleza, esas cactáceas, precisamente por el grado de explotación y de degradación que han sufrido sus poblaciones, actualmente se encuentran catalogadas dentro de la Norma Oficial Mexicana de especies de flora y fauna en peligro de extinción”, señaló.
El académico universitario añadió que, debido a esto, están clasificadas en el rango de protección especial en la norma del 2010, así mismo se encuentran protegidas por la Convención Internacional para la Comercialización de Especies de Flora y Fauna, y está en la lista roja de especies amenazadas a nivel internacional.
En ese sentido y a manera de reflexión dijo que, para evitar afectar las poblaciones de esas especies de cactus, una forma es utilizar dulces cristalizados como el ate, la guayaba, la pera o manzana de los cuales se tiene una amplia gama, y con ello se estaría contribuyendo a conservar estas cactáceas que cumplen un papel relevante en la naturaleza.
Mencionó que son parte del hábitat del proceso de polinización para una variedad de insectos, así como de la dieta de muchas especies de mamíferos, por lo que el mensaje para el consumidor es informarse más sobre este tipo de productos, conocer de dónde se extraen y cómo se elaboran y con ello exhortar a la sociedad a buscar alternativas de consumo.
Saturnino Díaz destacó que, de contribuir con estas acciones, se evitaría la afectación de varias especies de Ferocactus en el caso de Sinaloa, donde se le conoce como biznaga y en algunos otros lugares como acitrón.