Todos los días la empresa estaciona una camioneta en el cruce de degollado y 5 de febrero en la colonia Anáhuac y estorba la visibilidad del autos y peatones
El peligro es inminente y las autoridades de tránsito municipal solo pasan en su “supervisión” para hacerse de la vista gorda
MES DE LA LUCHA CONTRA EL CÁNCER DE MAMA
Los Mochis, Sinaloa. – Obstruye la visibilidad y pone en peligro el cruce de los automóviles y de los peatones. Es una camioneta rotulada con la razón social “Import Llantas Cabo” de la compañía “Llantera Herrera”.
Muerde la esquina de la boca calle e impide la correcta visibilidad de quienes circulan por la 5 de febrero e intentan tomar la muy transitada degollado al sur.
Es inexplicable que pasen los agentes de tránsito y solo saluden en su supervisión del “auto mal estacionado” y que dificulta con su enorme caja la visión de conductores de automóviles y peatones en ese cruce de la populosa colonia Anáhuac.
Pasar a ciegas
Los “frenones y los pitazos” son comunes en este cruce. Uno que otro recordatorio materno también se hace presente sin duda. Varios llevan destino hasta las oficinas centrales de la Dirección de Tránsito municipal y de la abusiva – o inconsciente- empresa distribuidora de neumáticos. Los frenones, claro que ponen a prueba la capacidad de rodada de muchas unidades.
Para los que batallan a diario al transitar por esas vías les parece que poco les importa el diez de mayo a esos negociadores de caucho sintético.
Si esperan darse cuenta, si tras cada freno de alerta por colisión, hay una evidente respuesta positiva de esos círculos de “hule” aderezados por otros químicos como el acero, el sílice, el polvo negro- que no blanco-, el “nailon” y un largo etcétera, al final ni se enteran.
Con andadera y todo
Su buen corazón le alcanzó para hacerla de tránsito. Ante el estorbo de la camioneta de Llantera Herrera que hay que driblar todos los días, todavía, a pesar de su andadera, se asomaba en la calle para dejar pasar los vehículos que no alcanzaban a observar hacia el arroyo de la degollado.
Avanzaba con dificultad, el vecino empujaba su vida en medio de una andadera acompañado aún de su sonrisa.
Desde el auto es imposible conocer su nombre, pero actúa con nobleza al contrario de la empresa de neumáticos. Él alargó su vista hasta el arroyo de la calle para indicar con la mano a los conductores, sin campo de visión, que ya podían tomar la degollado.
Esa es solo una estampa más de que Llantera Herrera es la “ama y señora” de la calle y por el contrario de que hay mucha gente que aún vale la pena.