“Los Guardianes”, primer muestra escultórica del artista Lenin Márquez. Su cerámica cuenta de manera sorprendente y muy personal la narrativa de la mitología universal y de los comics
Culiacán, Sinaloa.- Sus guardianes son ídolos de barro arrebatadamente humanos. De esos que llamamos “superpoderosos”. Héroes. Son representaciones con la perpetuidad herida.
Es la esencia escultórica de la reciente muestra del artista Lenin Márquez Salazar presente en el Museo de Arte de Sinaloa.
Las piezas ahora cuidan al Masín y lo alborotan. Lo hacen vibrar. Cobran vida “Los Guardianes” con las visitas, y hay quienes afirman que se escuchan sus aventuras afuera de sus paredes por las calles L. Paliza y la Buelna. Claro, puede ser ficción.
Al final son de tierra moldeada por la humedad, de lumbre que busca refugio en los recuerdos, en la mitología griega y los comics.
Es harta mexicanidad pop art. Sincretismo mundial entre personajes como Ícaro, Superman, Narciso, Cyborg, el Santo, entre otros.
En la Sala 2 del Masin no puede haber silencio. Flotan también lámparas, embudos de hojalata, de donde cuelgan luchadores mexicanos de plástico.
Son rostros repletos de emociones. 12 obras cerámicas que ni de noche descansan.
Sabes que creo, que el verdadero equilibrio se encuentra
en algún lugar entre la rabia y la serenidad
(X-Men)
En la pieza “El Guardián de las Visiones” creada en terracota y hoja de oro emerge ese Cyborg que combina la cerámica con el objeto encontrado, que es la base de un crucifijo.
Es un cuidador emocional. Lenin Márquez en esta pieza hace la reflexión del porqué el barro.
“Es más fácil de manipular, como la idea que quiero transmitir primera del héroe”, comenta.
Y se mete en la cavilación aún más.
“Esta idea de que mucha gente habla también del ídolo de barro que se puede romper, quebrar…Que es más humano…el concepto es sobre la famosa frase: ídolos de barro… los quise como humanizar con ese elemento”, confirma el artista de temas controversiales como la violencia en la entidad y los desaparecidos.
A veces solo tienes que reducir la velocidad para ver a dónde quieres ir
(Flash)
Toda la sala es una instalación. Hay cuidado quirúrgico. Frases de superhéroes. Rostros que se llevan la sorpresa, espacios vacíos que son un respiro, oquedades que agitan desde lo más profundo, ojos que apapachan. Hay semblantes que hipnotizan: esas caras en donde poco se sabe si van a despertar o prefieren quedarse sumergidas en la quietud.
Los mapas ficticios ubican en Tartaria, Tierra blanca, Tepuche o cualquier lugar incluso fuera de los once ríos.
El espacio cuenta con los límites del color para marcar pequeños terruños agrisadosazulosos, amarillosverdeados y claro, blancos.
Milenios de enseñanza construyen el vidriado del Narciso con tache de Lenin Márquez. Su pieza es indudablemente actual. Ahí “El Guardián de Narciso”, llena de verde ornamental ese rostro cruzado por dos líneas.
“En el concepto más obvio es Narciso X, es como un romper, como esa espantosa X de Chabelo. Y ese esmalte clásico transparente a mil grados de cocción.
Muy tradicional el esmalte y ese verde se usa también en algunas piezas utilitarias…”, confirma el artista.
Los sueños nos salvan.
Los sueños nos ayudan a levantarnos y transformarnos
(Superman)
Jugar con los conceptos de los Comics de los multi universos llevó a la creación de la obra “Multiversos”.
Tres moldes crean las 35 piezas que muestran el retrato de una misma persona en todos los posibles universos que existen, dice Lenin.
El artista originario de Mocorito y que tiene décadas creando en la capital indica que las bases de las piezas de esta obra cumplen una función estética, y no solo funcional para separarlas, ya que dan señales, rutas y mapas de los territorios de donde provienen cada uno de los rostros.
Estoy dispuesto a luchar por aquellos que no pueden luchar por sí mismos
(Wonder Woman)
Desde el centro de la sala se asoma “El Guardián del Principio del Fin”, una pieza en terracota y engobes que goza de una profunda intranquilidad.
Sus colores terrosos jalan miradas. Posee un zumbido que atrae. Tiene una conversación estética única. Tiene el siena del olvido, la grisalla del tiempo y el blanco del alma. En cualquier momento abrirá los ojos. Aunque debe haber quien jure haber visto que los acaba de cerrar.
En fin, no hay duda, “Los Guardianes”, esos ídolos de barro de Lenin Márquez, alborotan el Masin.