En el marco de la semana internacional del detenido desaparecido, familiares de víctimas de desaparición forzada marcharon del Ángel de la Independencia al Zócalo para exigir verdad y justicia para sus seres queridos. El contingente estuvo encabezado por el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) y el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos Hasta Encontrarlos.
En la movilización exigieron particularmente que se cumpla la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) por el caso de Gabriel Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, militantes del Ejército Popular Revolucionario (EPR), quienes desaparecieron en Oaxaca a manos de militares y policías estatales el 25 de mayo de 2007.
Nadine Reyes, hija de Edmundo, señaló que la Comisión Especial de Búsqueda, creada en noviembre del 2022 a partir del fallo de la Corte, está enfocada en construir el plan estratégico de búsqueda, “porque en el caso de nuestros familiares se habla de tener que abrir cuarteles militares para buscarlos, entonces se tiene que diseñar un proyecto específico para ver cómo se va a ingresar”.
Reconoció que si bien ha habido avances, “hay algunos procesos dilatorios, como por ejemplo, no querían en un primer momento la comparecencia de altos militares. Eso detuvo un poco el proceso pero ahorita ya van cerca de 15 autoridades militares (principalmente del batallón de Oaxaca) que han dado su declaración ante la Fiscalía General de la República; sin embargo todavía falta revisar detalladamente sus dichos”.
Por su parte, el FNLS también exigió la presentación con vida de Fidencio Gómez Sántiz, quien desapareció el 5 de marzo de 2016 en Chiapas.
Roberto Mendoza, del frente, manifestó que la última información que recibieron por parte de la Fiscalía General del Estado de Chiapas “es que extraviaron el caso. Hemos recibido esta actitud indolente, omisa” por parte de las autoridades.
Fidencio, expuso, desapareció cuando se trasladaba a Las Perlas, en Altamirano. “Al llegar a San Cristóbal de las Casas todavía lo saludamos. Llegó a Ocosingo, se encontró con su familia, pero tomaron rumbos distintos. Mientras el compañero se iba para su comunidad a realizar sus trabajos de campo, en un lapso de cinco minutos, recibió una llamada de sus hijos pero no respondió. A la fecha no sabemos más y no hay detenidos”.
Jessica Xantomila
Fuente: La Jornada