Alvaro Aragón Ayala.
El diferendo entre la Universidad Autónoma de Sinaloa, el Congreso Local y el gobierno del Estado, provocado por la elaboración de la Ley de Educación Superior del Estado, atentatoria a la autonomía universitaria, se resolverá en los tribunales federales. La solución por la “vía política” se derivará de los litigios.
El desacuerdo en la aplicación de la ley de marras obligó a la UAS a demandar a los Juzgados de Distrito una batería de juicios de amparo que, a contrapartida, ocasionaron la persecución política y judicial y el linchamiento público contra el Rector Jesús Madueña Molina de parte de funcionarios públicos y diputados de Morena.
“Las cosas van bien y habrá que esperar los asuntos que están en litigio”, precisó el secretario de Gobernación, Adán Augustó López Hernández. “No veo un conflicto; si veo algún diferencial al interior de la comunidad universitaria. Me consta el esfuerzo que ha hecho el gobernador (Rubén) Rocha y los diversos integrantes en mi oficina, han estado conversando”, dijo.
La Secretaría de Gobernación tiene entre sus funciones facilitar acuerdos políticos y consensos sociales para que se mantengan las condiciones de unidad nacional, cohesión social, fortalecimiento de las instituciones de gobierno y gobernabilidad democrática.
Vigila, además, el cumplimiento de los preceptos constitucionales por parte de las autoridades del país; coordina, en vinculación con las organizaciones de la sociedad civil y la promoción y defensa de los derechos humanos.
La Universidad Autónoma de Sinaloa recurrió al litigio en los tribunales federales, definido en su concepción teórica como “el conflicto de intereses calificado por la pretensión de uno de los interesados y la resistencia de otra”, para frenar por la vía legal la aplicación de la Ley de Educación Superior del Estado.
Diputados de Morena, con el apoyo de los del PRI y PAN, elaboraron la Ley y el Poder Ejecutivo la publicó con el rango de ley vigente para tomar por asalto a la UAS, con la fabricación de una Ley Orgánica Foránea que facilite el retorno de la vieja UAS, la de la anarquía, cancelando el proyecto de la Universidad del Conocimiento.