Lectura del Tarot y la suerte de las historias de desamor
Isla de Los Poetas, Navachiste, Guasave, Sinaloa. – La playa lo puso en estado de gracia. Era un concierto marginal en la latitud norte de la patria de las casas de campaña.
Neil Love es un incontrolable cerebro que respira funks jazz fusión. Nadie recuerda que día es. No hace falta. El viento, rociado de las sonoridades del blues, acompaña a su guitarra. Lo mismo hace El Ponce con la lectura del Tarot.
“Me da mucha intriga que te salieron en tu pasado, bastos y en tu futuro, copas; como que es tu evolución, de alguien muy pasional a alguien… muy racional”, dice.
Neil descarga en ese terruño su repertorio de vibrantes rolas, con la simbiosis de pegajosos ritmos citadinos y arenosamente playeros, que le rinden tributo sobre todo al desamor.
“Recuerdo lo que pasó ayer/ estaba disfrutando cuando desperté/ y sin embargo a correr/ cuando están los pasos no andan bien…
Botellas quedaron estorbando esta vez/ Colillas con tinta labios también/ una desgracia me dejaste en el pasillo/ sin embargo me arrepiento porque/ analizando sé que te echaré de menos/ fueron tres promos…/ muchos regalos y una dosis de veneno / una bolsa de papitas de sabor, amor/ no faltó esa noche también el chamoy / sin embargo pude imaginar / mientras en la silla estabas tocando…”
Se deslizan los dedos en los trastes, son la ocasión para otra historia de amor ultimado. Solo que esta vez la serranía les regala un tono de olvido.
“Entramos en aquel lugar preparados para la guerra/ tal vez no seas la mujer que yo soñé,/ pero algo en tu saliva me envenena/ Una parada de autobús/ fue testigo de la despedida /y yo perdido en el sabor de tu sudor/ fue muy triste y dura la despedida… Dos ultras y un electrolit… Dos ultras y un electrolit.. Dos ultras y un electrolit”.
