“Me uno a ellos para reiterar mi llamado al Congreso: hagan algo”, señaló Joe Biden, en apoyo a las protestas programadas en Washington y muchas otras ciudades
Miles de personas tomaron las calles de diversas ciudades de Estados Unidos para exigir mayor control en la venta y portación de armas de fuego tras la masacre en la escuela primaria de Uvalde, Texas, que ha conmocionado al país.
En la capital del país, los organizadores de March for our Lives (MFOL) estimaron que 40 mil personas se reunieron en el National Mall, cerca del Monumento a Washington, bajo una ligera lluvia ocasional. El grupo de seguridad contra las armas fue fundado por estudiantes sobrevivientes de la masacre de 2018 en una escuela secundaria de Parkland, Florida.
“Nos están asesinando”, dijo X González, un superviviente de Parkland y cofundador de MFOL, en un emotivo discurso junto a supervivientes de otros tiroteos masivos. “Ustedes, el Congreso, no han hecho nada para evitarlo”, afirmó.
Entre otras políticas, MFOL ha pedido la prohibición de las armas de asalto, la comprobación universal de los antecedentes de quienes intentan comprar armas y un sistema nacional de licencias, que registraría a los propietarios de armas.
“Asesinos de niños”
Courtney Haggerty, una bibliotecaria de 41 años de Lawrenceville, Nueva Jersey, viajó a Washington con su hija de 10, Cate, y su hijo de 7, Graeme.
Haggerty dijo que la matanza de diciembre de 2012 en la escuela primaria Sandy Hook de Newtown (Connecticut), en la que un hombre armado mató a 26 personas, la mayoría niños de seis y siete años, se produjo un día después del primer cumpleaños de su hija.
“Me dejó mal”, afirmó. “No puedo creer que vaya a cumplir 11 años y todavía estemos haciendo esto”.
Kay Klein, una formadora de profesores de 65 años de Fairfax, Virginia, que se jubiló a principios de mes, dijo que los estadounidenses no deberían votar a los políticos que se niegan a tomar medidas en las elecciones de mitad de término de noviembre, cuando estará en juego el control del Congreso.
“Si realmente nos preocupan los niños y las familias, tenemos que votar”, dijo. Algunos llevaban carteles con dibujos de rifles de asalto con la leyenda “asesinos de niños” escrita en rojo.
Sobre el césped del área se instalaron miles de jarrones con flores blancas y naranjas, lo que representa el aumento de la violencia en el país desde 2020, año en el que 45 mil 222 personas fueron asesinadas con armas de fuego, según Giffords, la asociación del origen de este memorial.
Biden apoya protestas
El 24 de mayo, un joven 18 años mató a 19 niños y dos maestras tras irrumpir con un rifle de asalto semiautomático en una escuela primaria de Uvalde, en Texas, cerca de la frontera con México. Unos días antes, un supremacista blanco de la misma edad había asesinado a diez personas negras en Buffalo, en Nueva York.
Estas últimas masacres, y los cientos de tiroteos que no aparecen en los titulares, han provocado nuevos llamados a unirse para exigir una mejor legislación del acceso a las armas de fuego.
“Me uno a ellos para reiterar mi llamado al Congreso: hagan algo”, escribió en su cuenta de Twitter el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en apoyo a las protestas programadas en Washington y muchas otras ciudades.
Biden, retomando los elementos de un apasionado discurso pronunciado el 2 de junio tras la masacre en la escuela de Uvalde, también reclamó a los legisladores este sábado “aprobar leyes de sentido común sobre la seguridad de las armas de fuego”.
El gobernante demócrata volvió a enumerar las reformas que espera del Congreso: prohibir la venta libre de rifles de asalto y cargadores de alta capacidad; fortalecer los controles de antecedentes, incluidos psicológicos, de los compradores; exigir a los civiles que mantengan sus armas bajo llave; fomentar la denuncia en casos de temores de potenciales acciones; y hacer que los fabricantes de armas rindan más cuentas ante el Estado.
“No podemos volver a traicionar al pueblo estadounidense”, escribió en Twitter.
Negociaciones en el Senado
Los tiroteos han añadido una nueva urgencia al debate en curso en el país sobre la violencia con armas de fuego, aunque las perspectivas de una legislación federal siguen siendo inciertas dada la firme oposición de los republicanos a cualquier límite sobre las armas de fuego.
Biden ha repetido su promesa de tomar medidas contra la violencia con armas de fuego que los sucesivos gobiernos han sido incapaces de frenar. Pero en un país en el que casi uno de cada tres adultos posee al menos un arma, los conservadores se oponen firmemente a cualquier medida que consideren que pueda ir en contra de los derechos de los “ciudadanos respetuosos de la ley”.
La Cámara de Representantes votó el miércoles a favor de prohibir la venta de rifles semiautomáticos y de cargadores de alta capacidad a menores de 21 años, entre otras cosas.
Esta medida no tiene casi ninguna posibilidad de ser aprobada en el Senado, donde necesita que el apoyo de diez conservadores, donde los republicanos consideran que los límites a las armas infringen el derecho de la Segunda Enmienda de la Constitución a portar armas.
En las últimas semanas, un grupo bipartidista de negociadores del Senado ha abogado por llegar a un acuerdo, pero aún no consigue. Sus esfuerzos se centran en cambios relativamente modestos, como incentivar a los estados para que aprueben leyes de “bandera roja” que permitan a las autoridades retener las armas de los individuos considerados peligrosos.
Biden dijo a la prensa en Los Ángeles que habló varias veces con el senador Chris Murphy, que lidera las conversaciones en el Senado, y que los negociadores son “levemente optimistas”.
AFP y Reuters
Fuente: El Sol de México