A menos de año y medio para que concluya el sexenio, llevar a la práctica un nuevo marco curricular para educación básica, sin que los maestros se lo hayan apropiado, es como un “trueno en un cielo azul”, afirmó Gabriel Cámara y Cervera, director general del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).
En entrevista con La Jornada, consideró que se requiere un “atajo” para que los educadores adopten este proceso. Entre las alternativas, dijo, está la práctica tutora, es decir, “aprender en diálogo”, lo que implica proponer un aprendizaje, cara a cara, con temas de interés en un espacio de respeto y autonomía mutuos.
Se trata de un método, indicó, que muchos educadores ya aplican en las aulas y en sus comunidades escolares, “porque ahora son ellos quienes le están diciendo al poder: ‘necesitamos que cambies’”.
Si bien reconoció que los nuevos planes y programas de estudio recogen ideas que se conocían, en la práctica no están presentes en la mayoría de las escuelas, porque son resultado de una “decisión de política educativa y de un grupito de expertos”.
Se trata, agregó, de propuestas “favorables que reconocen la complejidad cultural, lingüística y multicultural del país, que retoman las ideas de teóricos y pedagogos como Paulo Freire, Boaventura de Sousa Santos y de las epistemologías del sur, lo que es valioso, pero no están en el discurso y la práctica de la mayoría de los maestros”.
Filósofo, experto en planeación educativa y fundador de Redes de Tutoría en México, Cámara y Cervera apuntó que todo lo que se ha hecho con los maestros hasta ahora, desde los incrementos salariales, la creación de programas que permiten la entrega de becas a estudiantes y la entrega de recursos directos a padres de familia para atender las necesidades de las escuelas, hasta la creación de una nueva currícula, “es dar a los maestros, pero como objetos”.
Los profesores del país “no han sido los autores de ese cambio, es decir, se les ha considerado como objeto de apoyo, por lo que su reivindicación es a medias, porque son los maestros, con su autonomía, los que construyen prácticas que definen qué y cómo se aprende”.
Si retomamos, enfatizó el director del Conafe, “lo que se dice mucho en las conferencias matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador, de que la libertad no se implora, se conquista, esto no lo han hecho los maestros”.
Consideró que el desafío para las autoridades educativas es “cómo bajar estas propuestas a las escuelas y cómo hacer que los maestros las adopten como propias. Y lo que se ofrece hasta ahora son talleres, cursos, escritos y nuevos textos, cuando podemos tener un atajo: la práctica tutora, es decir, aprender en diálogo”.
Al inicio del sexenio, agregó, se tuvo la oportunidad de impulsar un cambio de política educativa recogiendo el sentir de los maestros, “que es la corriente que yo he trabajado, incluso se lo propuse al entonces secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, porque en el país existen experiencias interesantes que se han construido desde las escuelas”.
La propuesta, explicó, “era tender una red de estas experiencias con dos criterios fundamentales, que sea inclusiva, es decir, que no es sólo para un grupito, sino que esté abierta a todos, y que sea pública, que manifieste lo que hace, que es una garantía de que está rindiendo cuentas a los demás”, pero no se concentró.
Laura Poy Solano
Fuente: La Jornada