Nueva York. La Ciudad de Nueva York dio la bienvenida al año nuevo, y despidió 2021, mientras el confeti y los vítores se extendían por Times Square en el regreso de la tradicional celebración de la Nochevieja a una ciudad aquejada por la pandemia del coronavirus.
El nuevo año se fue abriendo paso por todo el mundo, zona horaria tras zona horaria, y miles de personas esperaron hombro con hombro para observar cómo la bola de seis toneladas, con casi dos mil 700 cristales de Waterford incrustados, descendía sobre una multitud de 15 mil espectadores, muchos menos que las decenas de miles de fiesteros que solían congregarse en la icónica plaza para disfrutar de las luces, la fiesta y la lluvia de confeti en el evento de fin de año más popular del país.
Y todo esto en un momento en que el país trata de ser optimista acerca de que lo peor de la pandemia ha quedado atrás, a pesar de que las autoridades sanitarias advirtieron el viernes en contra de las celebraciones desenfrenadas en pleno repunte de los contagios de Covid-19 provocado por la variante ómicron.
El año pasado, el descenso de la bola estuvo cerrado al público por la pandemia.
Aunque con menos gente, la multitud se extendió a lo largo de varias manzanas para disfrutar del ambiente festivo, y muchos viajaron desde lejos para estar presentes en la celebración. El confeti iluminado por las pantallas electrónicas se arremolinaba a causa del ligero viento en una noche invernal suave.
Mary González estaba unos pasos por detrás de la aglomeración para mantener la distancia con cualquiera que pudiese portar el virus sin saberlo.
“Estoy contenta de que 2021 haya terminado porque ha causado muchos problemas a todo el mundo”, dijo González, que estaba de visita desde la Ciudad de México y quería disfrutar de la tradición estadunidense. “Esperamos que 2022 sea mucho mejor que este año”.
El icónico descenso de la bola se produjo a medianoche, marcando el cambio de año, una ocasión que solía celebrarse con champán, brindis con cerveza, abrazos de alegría y la esperanza renovada de que vengan tiempos mejores.
Times Square suele describirse como un cruce de caminos global, y las autoridades de la ciudad insistieron en celebrar la Nochevieja para demostrar su fortaleza a pesar del repunte del coronavirus.
Pero 2022 comienza justo como su predecesor: con la pandemia empañando un futuro ya incierto.
Las dudas sobre la cancelación planearon sobre la fiesta este año luego de que en los últimos días la ciudad registró cifras récord de contagios y otras, como Atlanta, decidieron anular sus celebraciones.
En Estados Unidos, los casos de coronavirus han aumentado a niveles récord con un promedio de más de 265 mil infecciones por día. La Ciudad de Nueva York registró su peor marca — cerca de 44 mil nuevos casos confirmados — el miércoles y una cifra similar el jueves, según datos estatales.
Las autoridades dijeron que quienes asistiesen al espectáculo debían llevar mascarilla y mostrar una prueba de vacunación. En un primer momento, los organizadores esperaban juntar a más de 50 mil personas, pero sus planes se recortaron drásticamente por el aumento de los contagios.
El rapero y actor LL Cool J iba a subirse al escenario de Times Square el viernes en la noche, pero anunció su ausencia tras dar positivo al Covid-19.
Pero el alcalde, Bill de Blasio, que cedió el bastón de la mando de la ciudad más poblada del país a medianoche, dijo que los festejos “mostrarán al mundo que la Ciudad de Nueva York está luchando para salir adelante”.
Su sucesor, Eric Adams, juró el cargo en Times Square poco después del cambio de año. Antes hizo una breve aparición sobre el escenario principal para afirmar la capacidad de recuperación de la ciudad.
“Es fantástico que Nueva York muestre a todo el país cómo nos recuperamos”, afirmó. “Hemos mostrado a todo el mundo de qué estamos hechos. Somos increíbles. Esta es una ciudad increíble y, créanme, estamos listos para un gran regreso porque esto es Nueva York”.
Ese sentimiento de esperanza era compartido también por la gente en la calle.
“Miro hacia atrás y lo veo como una suerte de año estresante, pero no fue un año terrible”, apuntó Lynn Cafarchio, quien desafió a la mulittud para asistir a la fiesta con su esposo, Pete.
Ella, guía turística de la ciudad, estuvo sin empleo durante un tiempo por la paralización de la economía y el desplome del turismo.
“Estamos aquí contentos por que el 2021 se acabará pronto”, añadió. “Pero somos muy positivos sobre el próximo año”.
Ashley Ochoa, una estudiante de enfermería, y su novio, Jose Avelar, viajaron desde California específicamente para estar en Times Square.
“El Covid me quitó muchas cosas”, afirmó Ochoa. “Pero hoy estoy aquí, así que estoy agradecida por eso”.
El nuevo año se fue abriendo paso por todo el mundo, zona horaria tras zona horaria, y miles de personas esperaron hombro con hombro para observar cómo la bola de seis toneladas, con casi dos mil 700 cristales de Waterford incrustados, descendía sobre una multitud de 15 mil espectadores, muchos menos que las decenas de miles de fiesteros que solían congregarse en la icónica plaza para disfrutar de las luces, la fiesta y la lluvia de confeti en el evento de fin de año más popular del país.
Y todo esto en un momento en que el país trata de ser optimista acerca de que lo peor de la pandemia ha quedado atrás, a pesar de que las autoridades sanitarias advirtieron el viernes en contra de las celebraciones desenfrenadas en pleno repunte de los contagios de Covid-19 provocado por la variante ómicron.
El año pasado, el descenso de la bola estuvo cerrado al público por la pandemia.
Aunque con menos gente, la multitud se extendió a lo largo de varias manzanas para disfrutar del ambiente festivo, y muchos viajaron desde lejos para estar presentes en la celebración. El confeti iluminado por las pantallas electrónicas se arremolinaba a causa del ligero viento en una noche invernal suave.
Mary González estaba unos pasos por detrás de la aglomeración para mantener la distancia con cualquiera que pudiese portar el virus sin saberlo.
“Estoy contenta de que 2021 haya terminado porque ha causado muchos problemas a todo el mundo”, dijo González, que estaba de visita desde la Ciudad de México y quería disfrutar de la tradición estadunidense. “Esperamos que 2022 sea mucho mejor que este año”.
El icónico descenso de la bola se produjo a medianoche, marcando el cambio de año, una ocasión que solía celebrarse con champán, brindis con cerveza, abrazos de alegría y la esperanza renovada de que vengan tiempos mejores.
Times Square suele describirse como un cruce de caminos global, y las autoridades de la ciudad insistieron en celebrar la Nochevieja para demostrar su fortaleza a pesar del repunte del coronavirus.
Pero 2022 comienza justo como su predecesor: con la pandemia empañando un futuro ya incierto.
Las dudas sobre la cancelación planearon sobre la fiesta este año luego de que en los últimos días la ciudad registró cifras récord de contagios y otras, como Atlanta, decidieron anular sus celebraciones.
En Estados Unidos, los casos de coronavirus han aumentado a niveles récord con un promedio de más de 265 mil infecciones por día. La Ciudad de Nueva York registró su peor marca — cerca de 44 mil nuevos casos confirmados — el miércoles y una cifra similar el jueves, según datos estatales.
Las autoridades dijeron que quienes asistiesen al espectáculo debían llevar mascarilla y mostrar una prueba de vacunación. En un primer momento, los organizadores esperaban juntar a más de 50 mil personas, pero sus planes se recortaron drásticamente por el aumento de los contagios.
El rapero y actor LL Cool J iba a subirse al escenario de Times Square el viernes en la noche, pero anunció su ausencia tras dar positivo al Covid-19.
Pero el alcalde, Bill de Blasio, que cedió el bastón de la mando de la ciudad más poblada del país a medianoche, dijo que los festejos “mostrarán al mundo que la Ciudad de Nueva York está luchando para salir adelante”.
Su sucesor, Eric Adams, juró el cargo en Times Square poco después del cambio de año. Antes hizo una breve aparición sobre el escenario principal para afirmar la capacidad de recuperación de la ciudad.
“Es fantástico que Nueva York muestre a todo el país cómo nos recuperamos”, afirmó. “Hemos mostrado a todo el mundo de qué estamos hechos. Somos increíbles. Esta es una ciudad increíble y, créanme, estamos listos para un gran regreso porque esto es Nueva York”.
Ese sentimiento de esperanza era compartido también por la gente en la calle.
“Miro hacia atrás y lo veo como una suerte de año estresante, pero no fue un año terrible”, apuntó Lynn Cafarchio, quien desafió a la mulittud para asistir a la fiesta con su esposo, Pete.
Ella, guía turística de la ciudad, estuvo sin empleo durante un tiempo por la paralización de la economía y el desplome del turismo.
“Estamos aquí contentos por que el 2021 se acabará pronto”, añadió. “Pero somos muy positivos sobre el próximo año”.
Ashley Ochoa, una estudiante de enfermería, y su novio, Jose Avelar, viajaron desde California específicamente para estar en Times Square.
“El Covid me quitó muchas cosas”, afirmó Ochoa. “Pero hoy estoy aquí, así que estoy agradecida por eso”.
Ap
Fuente: La Jornada