La película de Christopher Nolan trajo a la memoria colectiva los hechos ocurridos por la creación del llamado “Padre de la bomba atómica”.
Un video en TikTok recordó el momento en el que Robert Oppenheimer, conocido como “Padre de la bomba atómica”, visitó México en 1962. El físico acudió al Instituto Mexicano-Norteamericano de Relaciones Culturales, ubicado en la calle de Hamburgo número 115, en la colonia Juárez de la Ciudad de México como parte de una campaña de concientización contra su propio invento.
Esto luego de ver los daños que las bombas atómicas causaron en Japón y el potencial peligro que su invento -un arma de destrucción masiva- implicaba para el mundo. Por ello se empeñó en dar a conocer lo que ellas podrían provocar, dejando frases célebres para la posteridad.
“Es necesario rehacer las instituciones humanas, tal como necesitan ser reformadas, para que pueda haber paz”, dijo Oppenheimer.
Así luce el edificio que visitó el físico
Actualmente el inmueble donde Robert Oppenheimer impartió su conferencia es una clínica oftalmológica, en su página web el sitio publicó algo relacionado al lugar con el título “Hamburgo 115: Un inmueble en la Juárez con historia” Ahí describe que “La casona se utilizó como centro cultural, donde se impartían clases de historia e idiomas. Además de que era punto de encuentro de personajes como Robert Kennedy, María Félix, y Dolores del Río. Así como de los pintores: Chucho Reyes y el Dr. Atl”.
Si quieres visitar este inmueble puedes hacerlo llegando por Metrobús Reforma de la línea 7, y caminas unas cuantas cuadras. También el Sistema de Transporte Colectivo Metro, estación Glorieta de los Insurgentes en la Línea 1, Actualmente no se puede visitar con tranquilidad por dentro debido a la clínica.
Daños de la bomba atómica
Mucho se ha hablado sobre lo que ocurrió el 6 de agosto de 1945, cuando desde un avión estadounidense fue lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima la primera bomba atómica usada directamente sobre población civil.
Tres días después, el 9 de agosto, otra bomba atómica volvió a ser lanzada sobre Japón. Nadie conocía entonces los verdaderos efectos de las bombas atómicas, el envenenamiento por radiación. La destrucción de gran parte de Hiroshima y Nagasaki fue la evidencia inmediata, así como la muerte de alrededor de doscientas mil personas por los efectos agudos de las explosiones, muchas incineradas en un segundo.
Hubo supervivientes, pero además de graves quemaduras, quienes estuvieron cerca de ese momento desarrollaron cáncer. De acuerdo a la Fundación para la Investigación de Efectos de la Radiación, con sede en Hiroshima, es probable que esas personas con cáncer hayan sufrido una “redistribución cromosomática”
Un mes antes, el 16 de julio, se había estallado la primera en la historia de la humanidad, como parte de las pruebas de preparación de este devastador implemento bélico que los Estados Unidos de América (EUA) llevaban a cabo a la sombra del proyecto Manhattan en el desierto de Arizona, Nuevo México.
Expertos han señalado que con esa prueba, el Gobierno de Estados Unidos envenenó a su propio pueblo y los daños causados siguen presentes hasta el día de hoy, por lo que luchan porque se indemnice a los afectados.
Diana Mabel González Salgado
Fuente: El Heraldo de México