México, Estados Unidos, Canadá, Argentina y Brasil adoptaron la Declaración Conjunta de exportadores agrícolas, que incluye un aumento de la producción de alimentos y fertilizantes, informó este martes la embajada de Estados Unidos.
Según un comunicado, los cinco países afirman que como grandes exportadores agrícolas pueden “fortalecer la seguridad alimentaria mundial”.
Las cinco naciones señalan que tomarán medidas “en un momento en el que una de cada tres personas en el mundo no tiene acceso a alimentación adecuada, asequible y nutritiva” y en el que “las perturbaciones en el abastecimiento agravan la interrupción del comercio de granos, maíz, aceite para cocinar e insumos agrícolas claves como semillas, fertilizantes y combustibles refinados”.
Como grandes productores y exportadores de alimentos y otros insumos agrícolas afirman “la necesidad de adoptar medidas a medio plazo orientadas a estabilizar los precios de los alimentos y maximizar de manera sostenible la producción agrícola, además de favorecer sistemas alimentarios mundiales resilientes, seguros y sustentables para el futuro”.
El objetivo es maximizar el suministro de alimentos para intentar “mantener la estabilidad de precios” y asegurarse de que las sanciones por la guerra no afecten a estos productos.
Los firmantes también se comprometen a brindar asistencia humanitaria a los más vulnerables, con donativos, así como promover mejores prácticas que potencien el rendimiento de las cosechas, la producción agrícola y el comercio.
“Trabajaremos con agricultores de todo el mundo en la adopción de medidas que mejoren las cosechas sostenibles e incrementen la producción agrícola sostenible”, señalan en la declaración.
En el largo plazo, se proponen “intensificar los esfuerzos para la transformación de los insumos agrícolas y los sistemas alimentarios insostenibles de modo que se incremente su sostenibilidad, su resiliencia ante perturbaciones, su carácter inclusivo en términos financieros y sociales, y su accesibilidad para agricultores grandes, medianos y pequeños sin distinción, en función de las capacidades y prioridades nacionales.
“La inseguridad alimentaria es un problema mundial cada vez mayor que no reconoce fronteras internacionales. A su vez, está asociada con la pobreza y con la inestabilidad social, económica y política. Como países exportadores de alimentos principales y que albergan a los agricultores que alimentan al mundo, nos interesa, y forma parte clave de nuestros valores, adoptar estas medidas orientadas a prevenir el hambre, la desnutrición y la pobreza en el mundo, además de invertir en sistemas agrícolas y alimentarios globales con mayor resiliencia e inclusión, que favorezcan el desarrollo rural y contribuyan a la paz en el mundo”.
Arturo Sánchez Jiménez
Fuente: La Jornada