París. Francia desplegará miles de policías en París y sus alrededores el viernes y durante el fin de semana, además de poner puestos de control en las estaciones de peaje de las principales carreteras de acceso a la capital, para impedir el paso de los automovilistas de la “Caravana de la Libertad”, informó la policía de la ciudad.
A pesar de la orden de no entrar en París, los automovilistas que protestan contra las restricciones del covid-19 están convergiendo en la capital francesa desde múltiples ciudades de todo el país, inspirados por las manifestaciones de bocinazos que tienen lugar en Canadá.
Las protestas de la “Caravana de la Libertad” francesa, sin embargo, muestran signos de unir a un grupo dispar contra el presidente Emmanuel Macron a dos meses de las elecciones presidenciales de abril, con restos del movimiento antigubernamental “Chalecos Amarillos” de 2018/2019 y algunos políticos de extrema derecha que se unen detrás de los automovilistas.
“Llevamos tres años dando vueltas. Vimos a los canadienses y nos dijimos: ‘Es impresionante lo que están haciendo’ En ocho días, boom, algo se desencadenó”, dijo el pensionista Jean-Marie Azais, quien se dirigía a París desde el suroeste.
La protesta de los automovilistas se produce después de las oleadas de manifestaciones contra las normas del pase de movilidad en Francia, que exigen que la gente muestre una prueba de vacunación contra el COVID-19 para entrar en bares, restaurantes, cines y otros espacios públicos.
En Toulouse, una caravana de furgonetas, casas rodantes y coches partió el jueves de un estacionamiento, saludado por una multitud que llevaba los chalecos de alta visibilidad que definieron las manifestaciones de los “chalecos amarillos”.
El despliegue policial incluirá agentes de respuesta rápida en motocicletas y equipos de transporte de cargas pesadas para desmantelar las barricadas improvisadas por los manifestantes.
Algunos partidarios de las “Caravanas de la Libertad” dijeron que los manifestantes no deberían dejarse disuadir por la orden policial de permanecer fuera de los límites de la ciudad de París.
“Las autoridades no pueden bloquear a todo el mundo”, dijo una mujer que animaba a los automovilistas en Toulouse. “Los convoyes deben forzarlo, deben seguir intentando entrar”.
La revuelta de los “chalecos amarillos” sacudió la presidencia de Macron durante varios meses y puso de manifiesto un profundo enfado que se siente fuera de las grandes ciudades por el alto costo de la vida y una élite urbana que se percibe como desconectada de las penurias diarias de la gente normal.
Reuters
Fuente: La jornada