México ha perdido alrededor de 2.5 millones de hectáreas de vegetación natural original, de las cuales sólo ha recuperado una cuarta parte. Esto ha acarreado la pérdida de la biodiversidad y la desertificación que hoy afecta a 51 millones de hectáreas de la República, señala el Análisis de la Conservación Ambiental en México, del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria, de la Cámara de Diputados.
Apunta que la vegetación va desde bosques, selvas, la hidrófila y halófila, hasta la de zonas áridas y se estima que, incluidas las zonas perturbadas, abarca 72 por ciento del territorio nacional.
Recuerda que en el Informe 2020, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se señala que la nación perdió el equivalente a 127 mil 770 hectáreas de vegetación, “una cifra muy alta” si se toma en cuenta que en el periodo de 2010 a 2015 se registró una deforestación promedio de 91 mil 600 hectáreas anuales, con esto queda muy lejos cumplir la meta de cero deforestación para 2030.
Sólo quedan tres cuartas partes de bosques y selvas
Refiere que la conversión a pastizales o áreas de cultivo, los incendios forestales y la sobrexplotación han afectado la superficie de bosques y selvas, por lo que “se estima que al inicio de la década sólo quedaban tres cuartas partes de lo que originalmente ocupaba este tipo de vegetación”.
Explica que una de las principales causas de la pérdida de selvas y bosques en México es el cambio de uso de suelo que sobre todo se autoriza para la expansión de la ganadería y la agricultura. Existen zonas del país en las que la deforestación se asocia con el auge de cultivos como la soya, la palma africana o el aguacate.
El estudio muestra que alrededor de 90 por ciento de los cambios de uso de suelo que se registran en la República se hacen en forma ilegal, y señala que “es muy importante para México detener la deforestación para conservar la biodiversidad y reducir la emisión de gases de efecto invernadero”.
Detalla que entre 60 y 70 por ciento de los bosques y selvas del país son de propiedad comunal, por lo que para su conservación es necesario diseñar políticas ambientales que tomen en cuenta a las comunidades. Además, “es necesario un mayor presupuesto y atención al manejo forestal comunitario, ya que ha demostrado ser una estrategia de conservación adecuada”.
Sumado a ello, el Banco Mundial ubica a México como una de las naciones más vulnerables al cambio climático, los cambios en el uso de suelo de ecosistemas naturales a actividades agropecuarias, industriales, turísticas, petroleras, mineras o para la creación de asentamientos humanos ha degradado en gran parte el territorio nacional.
Angélica Enciso L.
Fuente: La jornada