Son proyectos que han desarrollado en colaboración con instituciones y organismos nacionales e internacionales.
Ante la falta de acciones por parte de autoridades estatales y federales para la búsqueda de las 116 mil personas desaparecidas en toda la República, según datos oficiales, la organización feminista Data Cívica ha desarrollado herramientas digitales para contribuir a dar con su paradero.
Dos de ellas son modelos de análisis de datos —presentados durante la octava edición de El Aleph. Festival de Arte y Ciencia 2024, de la UNAM— que tienen la capacidad de predecir posibles zonas que han sido utilizadas como fosas clandestinas. Además, son proyectos que han desarrollado en colaboración con instituciones y organismos nacionales e internacionales.
“Nosotras utilizamos datos y tecnología para aportar a prevenir y proveer soluciones a las violaciones de los derechos humanos en México. Es un tema super amplio, pero, sobre todo, nos enfocamos en violencia de género, desaparición forzada, que llevamos trabajando desde hace ocho años, y prevención de autoritarismo”, explicó Alicia Franco, coordinadora de Análisis de datos de Data Cívica.
La analista, explicó que la primera herramienta se trató de un modelo de “predicción de municipios con fosas clandestinas”, el cual era capaz de predecir qué municipios podrían presentar alguna fosa clandestina en un año determinado, a partir de la recopilación de datos de fiscalías y notas periodísticas, obtenidos entre 2009 y 2018.
Franco apuntó, que, si bien este modelo parecía prometedor, comenzó a ser poco funcional, pues llegó un momento en que prácticamente todos los municipios podían llegar a ser candidatos, lo que no sólo significaba un problema por los índices de violencia, sino por los grandes territorios de algunos municipios.
De la segunda herramienta, la analista, apuntó que se trata de un “Modelo geoestadístico”, el cual permite mucho mayor precisión a la hora de predecir zonas como posibles fosas clandestinas, a partir de tres capas de información que se superponen en mapas.
Madres buscadoras en CDMX. Foto: Ivonne Rodríguez / El Sol de México
Estas capas son: a) El agrupamiento de patrones, a partir de coordenadas específicas de fosas encontradas; b) la determinación de espacios clandestinos, como resultado del análisis de la “criminología ambiental”, es decir de las características que han hecho propios a otros lugares para ser usados con el de desaparición, y c) La concentración de nitrógeno, que se puede detectar con herramientas de geolocalización en un tiempo determinado, y que puede deberse a la repentina emisión de grandes cantidades de este químico por la descomposición de cuerpos.
“Evidentemente esto es lo que se puede hacer desde sociedad civil, pero este tipo de herramientas en manos de quien tiene la información, quien tiene recursos, quien tiene el personal humano, tendría que ser mucho más potente.
“Este tipo de herramientas puede ser utilizada por el Estado. Pero hoy lo que nos toca ver es a colectivos, academias y organizaciones utilizar estas herramientas, en vez de que el Estado haga su chamba”, expresó Jacobo Dayán, director del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, quien estuvo presente en el evento y advirtió que esas herramientas sólo pueden funcionar mejor, en cuanto mayor sea el número de información que las Fiscalías dejen de ocultar, hecho que, además de todo, es un delito constitucional.
“Todos los registros importan, desde los de fosas clandestinas, como el del bando de datos forenses, o el de personas desaparecidas, porque nos permiten, por ejemplo, priorizar dónde buscar e identificar patrones para prevenirlos”, agregó Alicia Franco.
Kevin Aragón
Fuente: El Sol de México