A los expedientes abiertos contra México ahora se suma uno más por violaciones al capítulo 24 del T-MEC, en la aplicación efectiva de las leyes ambientales, en la siembra masiva de aguacate en Michoacán.
A los expedientes abiertos contra México por la vaquita marina, tortuga caguama y Tren Maya, entre otros, ahora se suma uno más por violaciones al capítulo 24 del T-MEC, en la aplicación efectiva de las leyes ambientales, en la siembra masiva de aguacate en Michoacán.
El 2 de febrero, un ciudadano de origen mexicano, que pidió manejar sus datos de manera confidencial, presentó ante la la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), creada al amparo del acuerdo de libre comercio, una queja por las omisiones de nuestro país para proteger los ecosistemas forestales y la calidad del agua frente a los efectos adversos derivados de la producción de aguacate.
En el caso SEM-23-002 (Producción de aguacate en Michoacán), el “peticionario” aseguró que México no ha respetado disposiciones constitucionales y varias leyes federales centradas en la evaluación del impacto ambiental, la conservación forestal, el desarrollo sustentable, la calidad del agua, el cambio climático y la protección del medio ambiente.
Señala que existen investigaciones que demuestran los graves impactos de las plantaciones aguacateras en Michoacán, así como el acelerado ritmo de deforestación asociado (uno de los más elevados de México y Latinoamérica).
En un comunicado de prensa, la CCA dio a conocer que el Secretariado Ejecutivo, que es su máximo órgano técnico, revisará la petición en un plazo de 30 días y determinará si cumple con los requisitos para abrir una investigación exhaustiva sobre la producción de aguacate en Michoacán, que después de un proceso podría generar sanciones comerciales, acordadas en el seno del T-MEC, firmado entre México, Estados Unidos y Canadá.
Mala reputación
En un reportaje publicado el 19 de diciembre de 2021, Excélsior reveló que el aguacate dejó de ser identificado en algunas partes del mundo como el “oro verde” de México para convertirse en el “diamante de sangre”.
Lo anterior debido al interés que despierta como negocio entre los cárteles de la droga y su mala reputación por ser un cultivo intensivo que arrasa con bosques, compite por el agua y atenta contra la biodiversidad.
En 15 años, el vertiginoso aumento de la producción de aguacate pasó en Michoacán de 200 mil toneladas en 2005 a un millón 145 mil toneladas en 2020, lo que representa un incremento de 572 por ciento.
Según datos oficiales, la superficie sembrada que al principio abarcaba cuatro municipios de Michoacán, ahora tiene presencia en 43, con un crecimiento indiscutible de la frontera agrícola sobre terrenos con vocación forestal.
Los 61 huertos de aguacate que existían en un inicio se convirtieron en más de 44 mil y los cultivos se expandieron de mil 499 hectáreas a 142 mil hectáreas.
En contraste, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), reveló en respuesta a una solicitud de acceso a la información pública, que en más de dos décadas, de 2000 a 2021, “no se ha otorgado ninguna autorización de cambio de uso de suelo para establecimiento de huertas de aguacate en Michoacán”.
Ernesto Méndez
Fuente: Excelsior