Especialistas en tabaquismo advirtieron que de continuar la tendencia actual en el consumo de tabaco, durante este siglo la cifra de muertes relacionadas con su uso será de alrededor de mil millones. En nuestro país se estima que cada año ocurren poco más de 63 mil muertes vinculadas al tabaco o la exposición al humo. Agregaron que entre las personas de mediana edad, entre 2010 y 2025, su consumo será el factor de riesgo más importante para una muerte prematura.
En videoconferencia, Luz Myriam Reynales-Shigematsu, jefa del Departamento de Prevención y Control de Tabaquismo del Instituto Nacional de Salud Pública, destacó que en México el consumo de tabaco genera cada año 429 mil 380 casos nuevos de enfermedades como cáncer de pulmón, accidente cerebro vascular, neumonía, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedades cardiacas y otros cánceres.
Detalló que en nuestro país 14 millones de personas fuman, es decir, 16.8 por ciento de la población de 20 años o más. La prevalencia de mujeres es de 7.2 por ciento, con una tendencia al alza, al igual que en mujeres jóvenes, mientras en hombres es de 27.3 por ciento.
Reynales-Shigematsu destacó que México enfrenta un estancamiento en la reducción de la epidemia del tabaquismo, aunque en adolescentes tiende a incrementarse.
Agregó que el consumo de tabaco en el país también está diferenciado por regiones, siendo el norte del territorio nacional donde se presenta mayor incidencia, aunque por número de fumadores la Ciudad de México mantiene la prevalencia más alta, con 17 por ciento de los adultos de 20 años y más.
Revertir esta tendencia, señaló, demanda un cambio de políticas públicas, pues la meta para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenibles es que la prevalencia de fumadores en el país debe caer a 12.5 por ciento, y lograr el control de esta epidemia, implicaría reducirla aún más, a menos de 5 por ciento.
Lograrlo, indicó, requiere de nuevos esfuerzos como incrementar los impuestos al tabaco y aplicar una visión integral, que incluya la salud mental y el control de adicciones. También deberán avanzar acciones como el incremento de imágenes en cajetillas de cigarros y garantizar un empaquetado neutro; prohibición de saborizantes para evitar su consumo en menores de edad, además de la importación y comercialización de cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado.
Laura Poy Solano
Fuente: La jornada