Históricamente, la Secretaría de Salud (Ssa) ha carecido de un mecanismo efectivo de supervisión del Programa de Vacunación Universal. Si bien los biológicos se compran cada año y distribuyen a los 32 estados de la República, no se cuenta con información sobre la población objetivo por grupos de edad, la cual recibe cerca de 20 millones de dosis.
Así lo acreditó la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la revisión de la cuenta pública de 2023 sobre esta área. Afirma que el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (Censia), organismo responsable de la estrategia de vacunación, no dispuso de indicadores para medir su contribución en el logro de los objetivos y su incidencia en el control, eliminación, erradicación y disminución de los casos nuevos de enfermedades prevenibles por inmunización.
De acuerdo con un análisis del Instituto Farmacéutico de México (Inefam), en la compra consolidada de fármacos y otros insumos de salud para 2025 y 2026, están incluidas 32 claves de vacunas que involucran 34 millones 569 mil 747 dosis. La inversión prevista es de más de 17 mil 485 millones de pesos, lo cual representa 3.8 por ciento del monto total.
Sobre la ejecución del programa, la ASF señala que aunque existen lineamientos de acción, se desconoce si se cumplen en materia de capacitación del personal y manejo de la red de frío. Censia tampoco cuenta con un registro nominal de vacunación ni mecanismos de seguimiento de la ruta y destino final de los biológicos.
En cuanto a resultados de la estrategia, la ASF detectó que en 2023 se registraron 80 mil 134 casos de enfermedades prevenibles por inoculación, de las cuales más de la mitad fueron varicela y 7 mil 912 de hepatitis A. Estos biológicos no forman parte del esquema universal de inmunización, pero se aplican a los niños que van a guarderías.
Otros padecimientos reportados en el año fueron 16 mil 255 del virus del papiloma humano (VPH) y 8 mil 708 de influenza.
Además, de acuerdo con el reporte de la ASF, ese año hubo en el país 188 episodios de tosferina, 26 de tétanos, 66 de Haemophilus influenzae y 832 de hepatitis B, equivalentes a un incremento de 53.6 por ciento respecto a 2022.
También encontró que aunque el Censia propuso realizar actividades de supervisión en 16 estados, lo cumplió a la mitad en ocho con los plazos establecidos; en otros siete no se cumplió con las fechas determinadas y en uno más, el organismo no acreditó haber hecho la supervisión.
Como resultado de la revisión de la Auditoría, Censia recibió 239 recomendaciones, pero al término de la evaluación no se acreditó ningún avance o cumplimiento con la finalidad de resolver los problemas en la operación del programa ni para identificar desviaciones y áreas de oportunidad que permitieran su mejora.
Ángeles Cruz Martínez
Fuente: La Jornada