Quirino, el señor embajador salpicado por el narco 

Nosotros no lo inventamos: ahí están los testimonios. Que oiga el que quiera oír y que vea el que quiera ver. Este fin de semana pasada emergió desde el corazón de España un reportaje basado en el testimonio de un agente corrupto de la Policía Nacional española que un clan familiar, los Flores, afincados en la Comunidad de Madrid desde 2020, comenzaron el contacto con el ex gobernador de Sinaloa que en abril de 2022 llegó como embajador plenipotenciario del Reino de España, Quirino Ordaz Coppel. 

Daniel Arias García era subinspector en la Policía Nacional y desde 2020 en que el clan familiar liderado por José de Jesús Flores Gutiérrez y su hijo Jesús Flores Ramo, “Pepe”, llegaron al territorio español, comenzó a trabajar para ellos. 

En ese transitar en la Madre Patria, la familia se hizo de propiedades, introdujo drogas al país -según investigaron las autoridades- y creó una red de lavado de dinero que fue revelada el 17 de mayo del año en curso, justo un mes después de que Ordaz Coppel asumiera las riendas de la Embajada mexicana. 

Al ser interrogado, Arias García hizo una declaración insólita: que “Pepe”, su patrón y su amigo de confianza, le confesó que había tenido una cena de negocios con el ex presidente Enrique Peña Nieto y que había entrado en contacto con Quirino Ordaz (“el que viene de embajador”, dijo) para traer dinero de México a España. 

Fue la revista Proceso, desde la Madre Patria, la que publicó esta revelación. Desde luego, el embajador fue buscado para que diera su réplica, negando que conociera a los Flores y rechazando de manera tajante que nunca tuvo contacto con ninguno de ellos. 

Las autoridades españolas, que tienen acceso a las declaraciones de Arias García, tampoco lo han desmentido. Quiera o no, el ex gobernador ha sido marcado con el herraje de la sospecha de que es un narco embajador. 

Durante 2021 también pasaron desapercibidas las declaraciones del ex fiscal de Nayarit, Édgar Veytia, sentenciado a 20 años por narcotráfico en Nueva York, y uno de los hombres más corruptos de ese estado hace algunos años, en el sentido en que el general Salvador Cienfuegos usaría a Quirino Ordaz Coppel -entonces candidato a la gubernatura- para ayudarlo en sus propósitos de apoyo al cártel de los H, que intentaban entrar a Sinaloa, en especial a Mazatlán. 

En el expediente que envió el Departamento de Justicia a la Fiscalía General de la República luego de la repatriación de Cienfuegos, se leen mensajes de cómo los narcos nayaritas se regodeaban en el triunfo de Ordaz Coppel como gobernador, pues él sí que les ayudaría. Sin embargo, en su defensa, también se lee que los H no le dieron dinero, pues las negociaciones eran con la cúpula militar. 

Empero, no deja de llamar la atención todos estos datos que, como se dice en líneas arriba, quiera o no, el señor embajador ha sido salpicado por el narco. Pero ahora, con todo y eso, puede andar de manera tranquila en su automóvil Tesla del año para reflexionar del por qué entró en este laberinto de sospechas. 

POSDATA 

En unos días el Congreso de Sinaloa discutirá las cuentas públicas de 2021. Esperamos que los diputados que tanto aseguran defender la legalidad, en especial Feliciano Castro Meléndrez, haga su trabajo junto con la auditora Emma Félix, para que investiguen los cuatro contratos sin licitar que dio Ordaz Coppel a tres empresas por el monto de casi 500 millones de pesos. Todo en los últimos meses de su gestión. Ya veremos el tamaño de la simulación. 

El Sol de Sinaloa