Álvaro Aragón Ayala.
El embajador de México en España, Quirino Ordaz Coppel, se convirtió en una de las piezas claves del presidente Andrés Manuel López Obrador para desfondar, en el arranque y en pleno proceso electoral 2023, al Grupo Atlacomulco y las redes de apoyo en el estado de México de la coalición PRI-PAN-PRD-Nueva Alianza.
El ex gobernador de Sinaloa posee información confidencial sobre altos personajes del PRI y el círculo rojo del expresidente Enrique Peña Nieto, la cual suministra a cuenta gotas, en una muestra de agradecimiento, a López Obrador. El mandatario de la nación opera esos datos para reventar o cuando menos minar la alianza opositora al proyecto electoral de Morena.
El presidente de la República seleccionó a Quirino Ordaz como embajador de México en España por sus actos de corrupción y por su cercanía con Peña Nieto. López Obrador prometió protegerlo a cambio de información que le permita tronar al Grupo Atlacomulco y mantener a raya al ex presidente. El plan es evitar que meta las manos en la elección.
En busca de protección Quirino Ordaz optó por traicionar al PRI y a Enrique Peña Nieto que lo postularon candidato del PRI-PVEM al gobierno de Sinaloa, aceptando la embajada de México en España luego de la derrota de la alianza PRI-PAN-PRD en Sinaloa: desde la madre patria el ex gobernador opera jugadas de linchamiento de figuras prominentes del viejo PRI.
En política no hay coincidencias: desde su llegada a la embajada española, el periódico El País, de cobertura internacional, y la revista Proceso, han colocado a Peña Nieto, residente de España, como blanco de investigaciones por sus presuntos vínculos con blanqueadores de dinero del narcotráfico.
En Sinaloa, revivieron las acusaciones sobre depósitos de millones de dólares del ex gobernador del PRI, Juan S. Millán Lizárraga y del finado ex tesorero estatal Oscar Lara Aréchiga en la Banca Privada d’Andorra. Quirino Ordaz se desempeñó como subtesorero de Lara Aréchiga.
La revista Contralínea, conexo al gobierno de la Cuarta Transformación, reveló que el fundador de las empresas Homex y Expectras, el sinaloense Eustaquio Tomás de Nicolás Gutiérrez –actualmente con arresto domiciliario– realizó negocios y operaciones financieras con la madre del expresidente Enrique Peña Nieto, María del Perpetuo Socorro Ofelia Nieto Sánchez.
De Nicolás, amigo de Quirino Ordaz Coppel y contratista del gobierno peñista, le transfirió 38 millones de pesos a la progenitora del político priista supuestamente por una venta de terrenos en Atlacomulco, Estado de México, que se hizo hace 15 años, pero se pagó después de que él asumió la Presidencia de la República.
En funciones de gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz acordó con Enrique Peña Nieto comprar al hermano del ex presidente, Arturo Peña, el edificio Homex, que costó en total 600 millones de pesos, de los cuales 174.5 millones fueron para adquirir el inmueble a una financiera y el resto para supuestamente reparar las deficiencias estructurales del inmueble.
Arturo Peña Nieto comenzó a hacer negocios con Homex mediante una subsidiaria llamada Comercializadora Cántaros, SA de CV, en la que aparece como administrador único en un documento del Registro Público de Comercio de Sinaloa fechado el 11 de noviembre de 2009, cuando Enrique Peña gobernaba el Estado de México.
Los hermanos Gerardo, Julián y Eustaquio, Tato, De Nicolás, solicitaron su revocación como parte del consejo de administración de Cántaros para que Arturo Peña quedara como administrador único. Esa acción quedó registrada en el informe anual de Homex-2010 ante las autoridades de Estados Unidos.
Quirino Ordaz Coppel no negoció con Tato de Nicolás la adquisición del edificio Homex; se lo compró a Arturo Peña, hermano del ex presidente, para cumplir con viejos compromisos. El edificio que adquiriría a una ganga, como la calificó en su momento el ex gobernador sirvió para operar otro saqueo al erario público de Sinaloa.